Conoció a la víctima en la panadería de la que era cliente habitual. En julio de 2017, intercambiaron los teléfonos y quedaron a tomar algo. A partir de ese momento, el hombre acosó a la mujer. Entre el 8 y 11 de julio de 2018, la llamó 188 veces. Entre los días 5 y 11 del mismo mes, le remitió 100 mensajes. La mujer denunció tras haber sufrido, con anterioridad, más comunicaciones insistentes, visitas en la panadería a diferentes horas así como seguimientos en la piscina, el gimnasio o el entrenamiento de fútbol al que llevaba a su hijo menor de edad.

El acosador, un ourensano de 38 años, ha sido condenado a un año de prisión y 2 de alejamiento e incomunicación -a un mínimo de 300 metros-, más una indemnización de 3.000 euros a la víctima por daños morales. La sentencia, del Penal 1 de Ourense, no es firme y admite apelación a la Audiencia Provincial.

La víctima pidió varias veces al acusado que la dejara en paz y alguna vez accedió a tomar algo con él para que parara. Pero él siguió con las llamadas, los mensajes y las visitas. En marzo de 2018, la víctima sufrió una crisis de ansiedad y cogió una baja. Al regresar, habló con su jefe y pidió dejar el empleo. El acosador se enteró de su nuevo lugar de trabajo y empezó a ir también allí. El 10 de julio de 2018, la víctima denunció ante la Guardia Civil. El juez fijó una medida cautelar de alejamiento. Pese a todo la quebrantó ya ese día, con un SMS, y deteniéndose con su coche a su altura y tocando el claxon el día siguiente. Fue condenado por eso. Además, está acusado por varias llamadas y algún acercamiento en noviembre y diciembre de 2018.