Los alcaldes de la provincia de Ourense temían que el calor del fin de verano se tradujese en incendios forestales. Tras dos meses con escasos fuegos de consideración y con conatos distribuidos por diferentes puntos de la provincia, ayer los servicios de emergencias tuvieron que intervenir de urgencia en un fuego en la localidad de Guillamil, en el concello de Rairiz de Veiga.

Las llamas que empezaron alrededor de las 17.00 horas movilizaron a un total de tres agentes, doce brigadas, cuatro motos, una pala, cuatro helicópteros y cinco aviones. La situación orográfica del terreno, que principalmente, era de monte raso propició que los servicios de prevención de incendios aéreos tuvieran una especial importante para actuar desde las alturas.

El servicio del BRIF y la Unidad Móvil de Análisis y Planificación tuvieron que intervenir pasadas las 17.20 de la tarde por el grado de actividad que estaba teniendo el fuego y para que las llamas se sofocaran lo antes posible. Las llamas quedaron extinguidas una hora después. El fuego no afectó a ninguna casa, según informaron fuentes del servicio de emergencia, ni a ninguna artería de comunicación. Así pues en menos de tres días se han registrado tres fuegos forestales en la provincia con una intensidad incendiaria elevada que ha arrasado hectáreas. Tras este en Rairiz de Veiga, el viernes se registraba otro en Castro Caldelas que obligó a movilizar cuatro helicópteros, donde las llamas arrasaron monte raso y arbolado. El otro fue en Trives durante la jornada del sábado, donde el incendio movilizó a los servicios de emergencias tras observar cuatro puntos diferentes donde se inició el incendio forestal.