Luke, Alanna, Mamy, Princesa o Patuco. Todos miran a la cámara con esperanza para que alguien quiera adoptarlos. Es su carta de presentación a través de las distintas redes sociales que los colectivos, asociaciones y protectores de la provincia tienen. Su pasado pasa, en algunos casos por violencia, pero también por abandono. Todos tienen nombre y algunos apellidos. Ayer se celebró el Día Internacional de los Animales sin Hogar y asociaciones, colectivos y protectoras quisieron exponer la problemática de los abandonos de animales en la provincia como una tónica constante, con unos números que, lejos de descender, se mantiene constantes.

Un informe de la Fundación Affinity descubre que en los últimos diez años (2008-2018) el abandono de animales se ha estancado en una cifra, más de 130.000. Precisamente, desde 2015 no se baja de ese número y el pasado año, el abandono de animales pasó de 138.307 a 138.407.

En la provincia de Ourense se contabilizan al año más de 1.000 abandonos de animales. Una de las principales entidades como es Progape Ourense explica que en la ciudad y alrededores se produce un total de más de 400. "Hay muchos que se pierden, pero los dueños los recuperan, pero hay otros que se pierden y no hay forma de encontrar a los propietarios o estos regalaron el perro a alguien y ahora dicen que no son los dueños". Describen que son problemas rutinarios.

Ante la palabra abandono de animales Area Cid, una de las responsables de la perrera de Ourense, suspira: "Nos encontramos con un concepto (abandono) que no se refiere solamente a los perros o gatos que aparecen en las carreteras, en cubos de basura o en bolsas de plástico. Nosotros en la protectora recibimos tres llamadas diariasde propietarios que quieren entregar a sus animales. Eso también lo consideramos abandono, poque es una forma de deshacerse de ellos, aunque sea un abandono que implique un cambio de familia, o si no se encuentra a nadie, tenemos que acogerlos en la perrera". Explica que una de las frases más escuchadas al otro lado del teléfono es "quiero entregar a mi perro". Este proceso se produce siempre por teléfono: "A veces, esta voluntad de abandono se produce por cosas banales, como que el perro salta la verja, porque no ladra, porque se mea en casa o situaciones así. Le explicamos que debería llamar a un educador, pero alguna gente ve más fácil esta opción". La "llamada del abandono" no obedece a la estacionalidad, pero según el informe de la Fundación Affinity, el verano influye para esta práctica de abandono, aunque en la ciudad es indiferente. Area toma la palabra "se produce durante todo el año. No notamos un repunte en el mes de verano, si no que mantenemos una media constante durante todos los meses del año".

A la protectora de la ciudad acaba de llegar una perra mastín que estaba en una finca. A los dos meses sus propietarios le pusieron un collar. Pasaron seis meses y el collar ya formaba parte de la canina. El aro se le quedó pequeño y se le incrustró hasta casi llegar al hueso. La herida está en carne viva.

"No nos encontramos casos como los de antes, de abandonos con casos e índice de desnutrición o violencia, aunque a veces te encuentras ese tipo de circunstancia, ya no es lo normal". Y es que las denuncias por redes sociales han puesto un foco en aquellos "salvajes no cuidan a los animales".

En Verín

Nieves Gascón es la responsable de Proanimales en Verín y sus palabras no pueden ser más claras: "El maltrato y el abandono en zonas rurales de la provincia es una tónica constante".

La asociación animalista organizó su cuarta fiesta anual donde recaudan fondos para el colectivo con música, un desfile solidario y sorteos con productos del comercio verinense. "En la asociación llevamos un registro sobre los abandonos y al año son más de 200 animales que aparecen en cualquier lado".

La representante animalista explica que "nos encontramos los animales en diferentes sitios. Por ejemplo, las camadas de cachorros en cajas de cartón, pero también aparecen gatos en contenedores o, incluso, en bolsas de plástico". Uno de los últimos perros abandonados se encontró en un parque de la villa atado a una columna. Era un pit bull.

El compromiso animalista lleva a los voluntarios a ser partícipes de la problemática: "Nosotros tenemos un sitio muy pequeño, para acoger a todos los animales que encontramos". Y admite que en la villa la esacionalidad sí que influye: "Desde hace un mes, se han incrementado los abandonos. A veces nos llevamos los gatos para casa, para no tenerlos aquí en las instalaciones".

Desde las asociaciones, colectivos y organizaciones llaman a la responsabilidad, al compromiso y la lealtad con sus animales. Nieves añade que "la mayoría de los perros abandonados son porque sus propietarios ven que no sirven para la actividad de la caza. Es una pena".