La Asociación de Productores de Aceite y Aceituna de Galicia (APAAG) ha conseguido en sus cinco años de vida subir de los escasos socios iniciales a casi 150, que totalizan ya 140.000 olivos plantados en toda Galicia, con un alto número de productores en Ourense que superan ya la mitad, según el presidente, José Antonio García.

La asociación está cumpliendo los objetivos para los que fue creada en diciembre de 2014, como es agrupar en una misma entidad a todos los productores de aceite y aceituna del territorio gallego, con la intención de asesorar sobre todo en lo relativo al cultivo de los olivos, además de defender el sector.

Esa labor de asesoramiento profesional y especializado que recibe su creciente número de socios ha sido especialmente importante y necesaria en la presente campaña. Según el presidente de la Asociación de Productores de Aceite y Aceitunas de Galicia "la complejidad del cambio climático que se está produciendo en estos meses, y en un momento en el que la planta se encuentra en floración, un periodo en el que estamos pasando del frío a las altas temperaturas y de ahí a la lluvia, que puede producir hongos, obliga a extremar el cuidado y los controles". La información y la formación para esos productores, repartidos por las cuatro provincias, es constante tanto a través de cursos, "como en un grupo de wasap en el que se comparte información en cada momento con cada productores", explica García.

El conde que gravó los olivos

El cultivo del aceite se inició ya en épocas pretéritas en Galicia, pero, según discutidas teorías, podría haber ido desapareciendo por la "venganza" de los Reyes Católicos tras las revueltas Irmandiñas. De acuerdo a otras interpretaciones más certeras, en la primera mitad del siglo XVII, a causa de los impuestos de hasta cuatro reales por olivo que impuso el Conde Duque de Olivares, para incentivar así el valor de sus plantaciones en Olivares, cerca de Sevilla, pudo haber provocado entonces que los sufridos productores gallegos hubieran optado por arrancar olivos a destajo, con el propósito de librarse del afán impositivo del conde duque.

Aceites Abril es socio también de la APAAG y fue una empresa pionera en su día, antes incluso del nacimiento de esta asociación a la que ahora pertenece, en la promoción de la replantación de olivos en Galicia, como una vía contra el abandono del medio rural.

Sus expertos siempre han recomendado la variedad arbequina como la más adaptada a Galicia. Pero la Asociación de Productores de Aceite y Aceituna de Galicia tiene entre sus objetivos fundamentales "dar impulso a la tradición olivarera existente en Galicia, así como la consolidación del olivar gallego", todo esto "apostando por que se regule el sector a través de un nuevo marco normativo, que reconozca y proteja la calidad del auténtico aceite que se produce en Galicia", explican.

"Brava y Mansa Galega"

En esa línea y este mismo año, la APAAG dio a conocer los resultados de un estudio que lleva a cabo el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC ), con financiación de la Fundación Juana de Vega, por el que se otorgó licencia para comercializar las primeras variedades de olivos autóctonos gallegos, la "oliveira Brava Galega" y la "Mansa Galega", únicas en el mundo. Esto permitirá poner en el mercado el primer aceite "cien por cien gallego", desde el origen de la planta, la producción y la obtención del mismo mediante presión en frío en almazara.