"Hai veciños que din que sentiron ladrar os cans moito", dice el alcalde de Cartelle, Jaime Sousa (PP). En Outomuro algunos residentes percibieron, desde la cama, el temblor de 3,2 grados en la escala de Richter registrado a las 3.58 de la madrugada del lunes al martes, con epicentro en el municipio, a 15 kilómetros de profundidad. "Un rapaz que é albanel chegou pola mañá ao bar, todo despeinado, dicindo que non durmira nada de noite, que houbera un terremoto, pero a xente tomábao a broma. Eu non o notei", explicaba ayer Enrique Feijóo, cliente del bar Cacheiro, donde la rutina seguía. Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el fenómeno se notó en la localidad de A Veiga, en Ramirás. La alcaldesa, Isabel Gil (PSdeG), no tiene constancia. En Gomesende, a la regidora Pura Rodríguez tampoco le consta que sobresaltara a los vecinos. Fue el mayor movimiento sísmico de los 24 temblores ocurridos en la comarca de Celanova en el mes de julio -9 en los últimos 5 días-, la mayoría en Cartelle (12) y A Merca (10), con magnitudes de entre 1,4 y 3,2 grados. Es lo que se llama un "enjambre sísmico". Ayer, poco antes de las dos de la tarde, tuvo lugar el segundo temblor de magnitud más elevada de toda esta serie de julio: 2,9 en A Merca. No consta que se hayan registrado daños por ninguno de estos episodios.

"En toda la península saltan de vez en cuando enjambres sísmicos y no sabemos muy bien la causa. Son habituales, aunque no mucho en esta comarca hasta ahora. La probabilidad de que haya un terremoto mayor no sería descartable, pero en esta zona, según el histórico registrado, no hay magnitudes excesivamente grandes. Ha habido de 3 y hasta 3,5. Pensamos que la probabilidad de que pueda haber un terremoto mucho mayor es baja, muy baja, por lo que sabemos históricamente. Lo más esperable sería que esta serie pueda tener unos cuantos terremotos más para después desvanecerse, hasta que a lo mejor dentro de unos años pueda volver otra vez el fenómeno. Así ha pasado en otros casos", explica Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional. El organismo tiene constancia de terremotos con epicentro en la provincia desde 1816, cuando ocurrió, se calcula, uno de escala 4. La magnitud se puede medir con más fiabilidad, y quedar registrada, desde 1967. "La detección es mucho más precisa que en otras épocas, a lo mejor en el pasado solo se hubieran registrado 2 o 3 de estos terremotos en el histórico. Ahora los sistemas son mejores".

El terremoto de 1997 con epicentro en Becerreá (Lugo), con una magnitud de 5,1, ha sido el fenómeno más sentido en Ourense en las últimas décadas. "No se puede predecir" qué puede ocurrir más que lo que indica la historia, señala el experto. "Hay fallas que no están catalogadas, las activas no son todas conocidas. La parte oeste de la Península, como Galicia, se encuentra en el Macizo Ibérico y transmite bien las ondas, sobre todo las de alta frecuencia. Pero depende de dónde tenga uno posicionada la casa. Los terrenos blandos pueden producir amplificaciones mayores. Los rocosos menos pero transmiten mejor las ondas", explica el sismólogo.