La chabola que José convirtió en el hogar de sus últimos años, al abrigo de la plataforma del Puente Novísimo de Ourense y del paseo del margen izquierdo del Miño, fue pasto de las llamas en un incendio registrado minutos antes de las 20 horas del martes. La Policía Científica hizo ese mismo día una inspección ocular y ayer la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) asumió la investigación ante la "alta probabilidad" de que el fuego fuera intencionado. La comisaría considera que el morador, un hombre jubilado que levantó y fue mejorando con los años una estructura precaria, no tiene culpa y es víctima del hecho.

La infravivienda, que carece de luz y agua, tenía una zona de cocina y un dormitorio. El fuego arrasó con todo. En el exterior de la casa, cerrada y vacía ayer salvo por los gatos, José mantiene una huerta que la pendiente del terreno esconde y disimula con la vegetación de ribera. Las lechugas siguen una hilera perfecta y no hay una sola mala hierba que amenace el cultivo.

La alerta por el incendio saltó a las 19.57 horas. Los bomberos acudieron a la zona con dos dotaciones. El dueño, que había levantado con sus manos la casita -ladrillos, bloques, rejas, puerta y uralita, un patio y un cierre que se funde con la vegetación-, resguardándola de las inclemencias contra uno de los pilares del puente Novísimo, bajo el arco y el paso de la ruta fluvial, acudió al ver el despliegue de los efectivos de emergencias. José observó desde el paseo cómo el fuego iba consumiendo su hogar.

La Policía Nacional investiga quién fue el autor de este incendio, el segundo provocado en un plazo de tres meses que se registra en edificaciones de las riberas del Miño, tras el que arrasó el complejo privado de A Chavasqueira en abril.