La Policía Nacional tiene pendiente en Ourense el hecho más grave de los últimos años: esclarecer el asesinato de Socorro Pérez, víctima mortal de un ataque posiblemente sexual ocurrido el 2 de mayo de 2015, cuando hacía deporte. La impunidad del crimen es un fracaso colectivo que acrecienta el dolor de la familia y la sensación de inseguridad. Fue la muerte violenta de una mujer que, como centenares de ourensanos a diario, se ejercitaba al aire libre. La familia expresó duras críticas contra la comisaría por no enfocarse en la tesis criminal desde el inicio, que ellos valoraron siempre como la única opción posible. También afearon la falta de medios en el caso, en comparación con otros con mayor repercusión mediática. "¿Por qué hay unas desapariciones y víctimas de primera y otras de segunda? Nos sentimos discriminados", clamaron el pasado mes de mayo, en un homenaje a la víctima en el cuarto aniversario del crimen. Pero el comisario provincial, Juan Carlos Blázquez, asegura que la investigación policial prosigue pese a que la causa judicial lleva 13 meses archivada de forma provisional, ante la falta de indicios suficientes y de sospechosos del grave delito.

Según el responsable de la Policía Nacional en Ourense, se continúan cruzando datos de ADN cada vez que se produce un hecho que, por el modus operandi, muestra similitudes con el asesinato de Socorro Pérez, que tenía 43 años. "Se ha hecho muchas veces, a lo mejor 15 o 20", dice el comisario, sin precisar.

"Si hubiéramos tenido un poco más de fortuna y no hubiera hecho tanto calor... Eso hizo que el cadáver se deteriora con intensidad extraordinaria", recuerda. El cuerpo de Socorro no fue localizado hasta 33 días después del crimen. El tiempo transcurrido a la intemperie, con jornadas de intenso calor, y expuesto además a alimañas en el monte impidió el hallazgo de vestigios suficientes que incriminaran al autor. Se encontraron muy pocos rastros biológicos, que no ha sido determinante hasta ahora en el caso. "Se sigue trabajando siempre desde la hipótesis de que nos salte un perfil que tenga similitud a cómo se produce el hecho. Tenemos un ADN que se puede cruzar", expresaba este viernes el comisario ourensano.

Consultas con bases de datos

La comparación de datos policiales excede incluso el ámbito nacional. "Se pueden hacer consultas cruzadas y el ADN puede saltar en España o también en Europa", subraya Blázquez. "Las unidades de inteligencia lo hacen con todos los datos que van surgiendo. Es una especie de big data, con toda la información que se está dando en tiempo real, y cruzada que dé un perfil. Se sigue trabajando en esa línea", dice el jefe provincial de la Policía.

La investigación barajó al principio la posibilidad de un suicidio pese a que la familia siempre descartó esa opción. Se volcó la búsqueda en el Miño fiándose de un testigo que dijo haber visto a Socorro volver del río hacia O Couto, donde residía. Esta persona se desdijo semanas después. El pasado 2 de mayo, en el último acto de homenaje a la víctima, familiares y allegados censuraron el "abandono patente" de autoridades y denunciaron "un agravio comparativo" con otros casos de crímenes de mujeres en los que se volcó el esfuerzo de medios humanos y técnicos de la Policía. Se preguntan "por qué a efectos de investigación de medios el caso de Socorro fue tratado como de segunda o tercera división".