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Las tuberías de abastecimiento suman 500 kilómetros

Ourense estudia municipalizar el agua y cifra en al menos 40 millones la renovación de la red

La intención es aprovechar la modernización del subsuelo para cambiar el modelo de ciudad y la movilidad: "Sería un proyecto único en la historia" - El gobierno pregunta al interventor si es factible la gestión directa

Operarios sustituyendo una tubería tras un reventón en la Avenida de Zamora. // Brais Lorenzo

Bajo el subsuelo late otra ciudad y funcionan servicios básicos para la vida en superficie: aguas limpias y fecales, telefonía, gas y electricidad. Ourense tiene una red de abastecimiento que suma unos 500 kilómetros. Pese a las sustituciones de tuberías acometidas en los últimos mandatos, bien por reformas integrales de calles como la de Concejo, o bien como solución después de una fuga o un reventón, todavía persisten varias decenas de kilómetros de fibrocemento. Son conductos con su vida útil, de unos 30 años, al límite, con un material propenso a registrar averías. Renovar toda la red supondría una inversión de al menos 40 millones de euros, según los datos aproximados y provisionales que han trasladado al concejal de Infraestruturas, Mobilidade e Transporte, Miguel Caride.

Cómo afrontar esa empresa es una de las decisiones ligadas a un asunto central: qué modelo elige el Concello de Ourense para la gestión del agua tras varios meses con la concesión en precario. La ley obliga a que, finalizado el contrato anterior de un servicio público esencial de calado, se evalúen las alternativas a través de un informe de viabilidad y un estudio económico, antes de optar por otra adjudicación o por una gestión directa, sea a través de un consorcio mixto o de una empresa pública. La decisión será política pero todavía no está tomada.

El gobierno, por ahora, ha pedido al interventor que informe si la necesidad que tiene el Concello de acometer un Plan Económico Financiero (PEF) puede influir o impedir la vía de la empresa pública. "Una vez intervención decida, valoraremos. En la balanza, a la hora de sopesar, debemos tener en cuenta que si se saca el servicio otra vez a concesión hay que hacer un pliego e incluir las inversiones que debe asumir y costear el adjudicatario. En la anterior, estábamos hablando de depuradoras EDAR, que están funcionando y han revertido en la ciudad. Ahora el gran problema es que tenemos que renovar gran parte de la red de Ourense. Está agotada, por encima del tiempo medio de duración y hay fugas y roturas, provocando que las calles se estén abriendo y cerrando cada vez que ocurre".

Optar por una nueva adjudicación a una empresa incluiría el coste de la renovación asumido por el adjudicatario. La dificultad de la redacción del pliego, que debería contemplar todos los anteproyectos de las obras, puede retrasar años el proceso de licitación. Mediante una empresa pública los plazos se acortarían sensiblemente.

Sobre la elección del modelo de gestión hay que tener en cuenta que una directiva europea obliga a no financiar el coste sino a repercutirlo en el usuario. Ourense, con un consumo diario de 25.000 metros cúbicos, unos 170 litros por habitante y día, es una de las ciudades de España con la tarifa más barata, con un céntimo por cada 17 litros. En el gobierno valoran que decantarse por una concesión administrativa "obligaría a afrontar una subida importante de la tarifa del agua que podría rondar el 70%". Con la gestión directa, según el informe que maneja el ejecutivo, puede alcanzarse una rentabilidad de 2 millones de euros. "Se podría abaratar el coste del servicio o financiar toda la renovación, ya que por ley es obligatorio reinvertir en el servicio", explica el edil de obras.

Más allá de la fórmula de gestión que se elija finalmente, la intención del ejecutivo local está clara: aprovechar las obras de modernización del subsuelo para cambiar el modelo de ciudad y, especialmente, la movilidad. "Infraestructuras va a ser el motor del cambio y la renovación de la concesión del agua va a quedar supeditada al proyecto de ciudad", destaca el concejal, portavoz de DO. "Una vez que tienes que abrir toda la ciudad para meter la nueva red, hay que hacer un proyecto global y crear una ciudad moderna. Aprovechando para hacer túneles de servicio, meter las conducciones de gas, las comunicaciones, la fibra, la electricidad y que esté todo preparado de tal manera para que cada vez que se produzca una avería haya una galería por la que entrar sin tener que estar levantando, abriendo, picando. Se trata de dejar preparada una ciudad moderna, también en el subsuelo", describe Caride. "Es un momento de decisión política muy importante. Estamos hablando de la esencia, la estructura y el funcionamiento de la ciudad", reitera.

La actuación bajo el subsuelo estará ligada a la reforma en superficie. Y ese modelo, que necesitará estudios externos y la colaboración con colegios profesionales, es en el que el edil muestra más ilusión. "Se planificarán las calles de forma coordinada. Todo estaría vinculado a la movilidad, a la ordenanza de usos y destinos de las calles, para establecer las zonas de vehículos, bicicletas y peatones. Una intervención urbanística sobre la vía pública coordinada con las obras del subsuelo. Sería un proyecto único en la historia de Ourense, supondría la transformación real del casco urbano de la ciudad. Por debajo, calles preparadas para conducciones de todo tipo, ultramodernas, y en superficie, una mejor movilidad. Además, podemos aprovechar también la geotermia, cuyo estudio está en marcha. Es el momento de unir sinergias y abaratar costes. Tenemos que hacer un diseño conjunto y global. Es la gran oportunidad de transformar Ourense".

Miguel Caride es consciente de que "a lo mejor, dada la magnitud del proyecto no llegamos a tiempo para inaugurarlo en este mandato, pero hemos venido a intentar cambiar la ciudad y al menos pondremos las bases".

Buscar financiación

¿Cómo sufragar un proyecto tan ambicioso? El Concello tiene 100 millones en caja y el alcalde Jácome prevé aprobar los nuevos presupuestos en enero. "Tenemos un remanente de tesorería importante, pero no podemos meter todo el coste a remanente. Habrá que buscar financiación debajo de las piedras", afirma el edil.

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