"Todo el mundo opina y la mayoría se equivoca. Los profesionales se equivocan y en el Concello de Ourense, por lo que veo, mucho". El nuevo alcalde de la ciudad, Gonzalo Jácome, dispondrá entre hoy y mañana del primer organigrama actualizado en más de una década. El regidor hizo ayer balance de sus primeras semanas en la Alcaldía y, además de reiterar que cuando llegó "había un bedel, las ventanas abiertas y tuvimos que comprar bolígrafos y rotuladores", anticipó un "plan de choque" en el Ayuntamiento, para "remover de arriba a abajo". La "revolución" a la que está dispuesto, así como también a "morir políticamente en el intento" para sacar adelante sus promesas electorales -todas salvo desalojar a Baltar-, se centrará en una reasignación de personal para ocupar las áreas que carecen de efectivos en detrimento de otras supuestamente sobredimensionadas. Además, el gobierno recurrirá a bolsas de contratación para contar con "funcionarios temporales". Según Jácome, "faltan ingenieros, abogados y arquitectos".
La plantilla municipal está conformada, en principio, por 605 efectivos. La suma de los trabajadores de las concesionarias eleva al millar el número de trabajadores relacionados con la administración municipal. Jácome avisa que, si es necesario, abrirá expedientes a quienes no cumplan. "En una plantilla tan amplia siempre hay gente que lo hace mal". El alcalde confía en los expertos principales (secretario, interventor, oficial mayor y asesor jurídico jefe) para que actúen como "brújula en las tinieblas". Será su particular consejo de sabios, un núcleo de "personas claves" que aclaren las discrepancias del "día a día", según el regidor, resolviendo así lo que califica como "una guerra y un caos jurídico". "Yo no soy juez ni tengo la formación para resolver entre distintas opiniones de los técnicos".
Además, plantea mejorar la seguridad ciudadana aliviando la carga de trabajo de la Policía Local mientras no puedan incorporarse hasta 40 efectivos en un plazo mínimo de 2 años (en breve, se incorporarán de la academia 9 agentes). Gonzalo Jácome prevé convocar una junta local de seguridad para pedir a la comisaría provincial y a la Autonómica que hagan más labor preventiva en la capital. Además, cree que la jefatura debe suprimir la oficina de denuncias para no "duplicar" un servicio que prestan la propia comisaría y el juzgado de guardia.
El regidor, crítico a la mínima cuando era opositor, asegura, ahora que gestiona el Concello, que "es como una cueva y está todo mucho peor de lo que pensaba. El reto es impresionante y los datos son espeluznantes. No hay dotaciones mínimas, como servicios de comunicación. Hay personal con móviles de hace 15 años que no reciben mensajes". Atribuye que el Ayuntamiento esté trabajando "en servicios mínimos" a que una multitud de alcaldes y sus respectivos gobiernos,de PP (su actual socio de gobierno, en coalición en Concello y Diputación) y también del PSOE, desde Cabezas a Jesús Vázquez, fueron "incapaces de solucionarlo" y "no se atrevieron a cambiar inercias".
Jácome asegura que el Concello tiene un centenar de locales "y la mitad no han pasado la ITE". También dice que muchos alquileres "están fuera de mercado". Estudiarán qué espacios vacíos se pueden usar, tras lamentar que la administración local "esté desperdigada" en varias dependencias. "Soy crítico con los funcionarios, pero otras administraciones parecen Apple al lado del Concello de Ourense", declaró ayer a la prensa.
Salvadas dos subvenciones
El gobierno local, blindado por la mayoría absoluta de PP y DO, planea presentar una relación de puestos de trabajo (RPT), aunque sea "provisional", y aprobar los primeros presupuestos "en enero de 2020". Ourense vive con cuentas prorrogadas desde 2014. Se han salvado un par de subvenciones por "medio millón de euros". La próxima semana irá a Madrid, al Ministerio, para estudiar cómo renovar la financiación para la reforma de la Plaza de Abastos, pero Jácome advierte que la ayuda estatal "ya está perdida y a ver si la recuperamos".
