La provincia de Ourense, la más envejecida de España y con la menor tasa de actividad, no halla el suelo de la crisis demográfica. El censo de residentes sigue desplomándose. En el último decenio, la población se ha reducido en 24.824 personas. La cifra de población a enero de 2019 es de 307.879 habitantes, según los datos provisionales publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Cae cerca de un 0,5% con respecto al censo de 309.314 al inicio de 2018. Es un desplome más acusado que el del 0,1% en el conjunto de Galicia. A nivel nacional, en cambio, la población crece casi un 0,6%, gracias al saldo migratorio positivo, hasta rozar los casi 47 millones.
El retroceso en los últimos 20 años en Ourense se sitúa en un 10%. Uno de cada diez habitantes que había en Ourense en 1999 ya no está. Entonces vivían en la provincia 343.136 personas. Año a año sin excepción desde hace dos décadas, las cifras de población se han desploma. El ritmo es notable y sostenido, a una media de 2.500 vecinos menos al año en todo el territorio.
La brecha en el saldo vegetativo -la gran diferencia entre el número de fallecimientos y el de partos, inexistentes en muchos de los municipios de la provincia- agrava el estado de la demografía. Según las cifras provisionales publicadas ayer, hay más personas mayores de 85 años -20.845, un colectivo que no deja de crecer cada año, representando casi el doble en 1999- que niños en el tramo de 0 a 9 años (un total de 19.172)
El número de bebés de menos de 12 meses es de 1.497, una cifra que se reduce de manera continua -eran 2.157 hace un decenio- desde el segundo semestre 2016, después de un ligero repunte desde finales del año anterior. La curva de los últimos ejercicios es abrupta, hacia el suelo, en los tramos de edad de 1 año (1.733 niños), 2 (1.826), 3 años (1.903, aunque hay un ligero incremento en los últimos semestres), 4 años (1.925) y 5 (1.920). De 6 años hay 1.971 ourensanos, 2.085 de 7, 2.148 de 8 y 2.164 de 9 años.
En un territorio donde la tasa de inactividad supera a la de la población activa, el colectivo de personas en edad de jubilarse sigue incrementándose. Según los datos publicados ayer por el INE, tienen 65 o más años 96.535 ourensanos, lo que representa un porcentaje de un 31,35% sobre la población total.
La pirámide de población está adelgazada por la base mientras en la cúspide aumenta por el incremento de la esperanza de vida, que eleva el envejecimiento medio de la población. Un total de 1.757 ourensanos tienen 90 años, 1.351 llegan a los 91 y 1.152 alcanzan los 92.
Crece la cifra de centenarios
El número de ourensanos que cuentan 100 años de vida se ha incrementado hasta los 241. Es el dato más elevado desde principios de 2015, cuando el censo de centenarios era de 284, el año con más personas de esa edad de todos los de la serie reciente. Hay el doble de residentes en la provincia con un siglo a sus espaldas que en 2009 (128 entonces).
