Un hombre de 42 años, con múltiples antecedentes, tuvo ayer una jornada intensa en el juzgado, con dos vistas por lo penal por hechos delictivos diferentes. Está acusado de amenazar con un cuchillo a un hombre que le exigió que se hiciera cargo de los daños causados por varias maniobras imprudentes con un coche. También fue a juicio por estar en una terraza, besándose y cogido de la mano de su pareja, pese a que tenía una orden de alejamiento. Él no reconoce ninguno de los delitos, mientras que la fiscal pide condena por ambos.

Se enfrenta a 9 meses de prisión por el quebrantamiento de la medida cautelar. Un auto de 11 de mayo de 2018, dictado por el juzgado de Instrucción 3 de Ourense -el de violencia machista-, le impuso la prohibición de acercarse a su pareja, a su domicilio o a su lugar de trabajo, a menos de 500 metros del lugar en el que se encontrase. También tenía prohibido comunicarse con ella por cualquier procedimiento.

Sin embargo, sobre las 14 horas del 30 de junio de 2018 fue sorprendido por policías cuando ambos se encontraban sentados en una terraza de la calle Vicente Risco, agarrados de la mano y besándose, incumpliendo la resolución, dice la fiscal.

El mismo acusado se enfrenta a 2 años de prisión y a tres multas, por atentado contra los agentes de la autoridad, dos delitos leves de lesiones, delito leve de amenazas y un delito leve de daños. Sobre las 22.30 horas del 19 de febrero de 2018, el hombre y otra encausada vieron a un hombre que acababa de aparcar su coche en Ribadavia. El varón le pidió si podía probarlo, a lo que el propietario accedió. Hizo varias maniobras imprudentes hasta que golpeó el vehículo que tenía delante. Cuando el propietario le exigió que se hiciera responsable de los daños, o llamaría a la policía, el acusado cogió un cuchillo y lo amenazó de muerte. La Guardia Civil pasó y protegió a la víctima, pero los acusados presuntamente agredieron e increparon a los agentes. En el cuartel, además, el acusado causó daños.