El "¡parque acuático xa!" y las escaleras mecánicas. Las críticas a la productividad de algunos funcionarios y el control horario. La tensión con la Policía Local y el cuerpo de bomberos. La polémica por la banda de música y el coste del festival de cine. La propuesta de un cheque cultural para que el ciudadano decida al margen de subvenciones. Todas esas áreas de gobierno estarán bajo el control de Democracia Ourensana en el nuevo mandato. El PP gestionará Urbanismo -la pieza codiciada en una ciudad inánime por falta de un plan adaptado-, Termalismo o Facenda. Los populares adoptarán decisiones sobre el plan urbanístico que DO veía "corrupto", trufado de "pelotazos" y que denunció ante el TSXG (por su aprobación provisional in extremis en la junta de gobierno de Jesús Vázquez); sobre el termalismo, que Jácome ha tildado de "bluf" en numerosas ocasiones; y también sobre las cuentas, después de que Ourense sea la única capital gallega con presupuestos prorrogados, año a año desde 2014. En caja, un dulce: un remanente de tesorería de unos 100 millones.

El pacto entre Jácome y Baltar para repartirse el Concello y la Diputación de Ourense, dejando al PSOE con el sinsabor de una victoria electoral que se salda sin parcelas de poder, establece una división paritaria de las áreas de gestión. La fórmula elegida es la de un gobierno de coalición que, aunque no estará exento de críticas de la oposición por las contradicciones de ambas formaciones con su pasado más reciente, está concebido para durar "durante todo o mandato".

Los populares tendrán el único teniente de alcalde de la corporación. La junta de gobierno local será paritaria y estará formada por el alcalde, Gonzalo Jácome, por el teniente de alcalde -algunas fuentes apuntan a Jorge Pumar, de la máxima confianza de Baltar, ante la posible dimisión de Jesús Vázquez-, y por cuatro concejales de cada partido. Diez miembros en total.

La administración municipal se estructura en trece áreas de gobierno. En el reparto gana en número el PP, que obtuvo los mismos ediles que DO (7) y solo 565 votos más que el partido de Jácome. Democracia Ourensana gestionará 6 concejalías y el PP, siete. DO queda al cargo de Infraestructuras e Obras (su sueño es el parque acuático y también ha prometido soterramientos y un centro de inteligencia artificial), de Tráfico, Mobilidade e Seguridade Cidadá -el partido que habló de una "mafia" en la Policía Local será el responsable del cuerpo-, de Recursos Humanos -la relación de puestos de trabajo y el acuerdo regulador serán cosa de los de Jácome-, de Comercio e Turismo, así como de Cultura e Educación. DO, muy beligerante contra la contratación pública de una banda de música municipal que resulte costosa, propone que las fiestas de la ciudad pasen de junio a noviembre, coincidiendo con el patrón San Martiño. También gestionará Participación e Transparencia.

Las posibles dimisiones del PP

El Partido Popular, cuya relación definitiva de ediles dependerá de las posibles dimisiones que se produzcan en el grupo por el rechazo al pacto con DO, será el encargado de gestionar las áreas de Facenda -el departamento que elabora los presupuestos y recauda tributos-, Urbanismo, Política Social -un departamento en el que ambas formaciones se pusieron de acuerdo en el último mandato, para salvar ayudas básicas-, así como Medio Ambiente e Termalismo -la eterna promesa del hotel balneario y la rehabilitación de la vieja cárcel-, Promoción do Emprego, Deportes y Sanidade, Igualdade e Voluntariado.

Las dos partes del gobierno bipartito forjado por Baltar y Jácome prometen aplicar "sempre un criterio de racionalidade económica" en la gestión de los recursos públicos. El número del personal técnico y de apoyo deberá ser simétrico entre las áreas gestionadas por ambos partidos. Una comisión de seguimiento evaluará el cumplimiento "dos principios inspiradores" del pacto.