A falta de un bastón de mando que el matrimonio de exalcaldes sí tiene en casa, y por partida doble -como un obsequio que se hizo en la época de Alberto Pardellas a cada regidor de la etapa democrática-, el nuevo alcalde de Melón, Emilio Luis Díaz (PSdeG), acogió de buen agrado la broma de sus afines, que le entregaron ayer un cayado más propio de un ganadero o de un tratante, con el que posó para las fotos después de la toma de posesión que sella un cambio histórico. Los socialistas rigen el concello de 1.227 habitantes tras dos décadas en manos del PP, y después de los gobiernos del matrimonio formado por Alberto Pardellas -inhabilitado a 8 años y medio por un delito de prevaricación- y de su mujer y sucesora, Cristina Francisco.

El socialista, veterinario de profesión, se convirtió este sábado en alcalde del municipio, con mayoría absoluta: 5 concejales del PSOE contra 4 del PP. Las rencillas entre los grupos -Díaz denunció a la alcaldesa, que tuvo que ir a un juicio por presunta falsedad, del que salió absuelta- condicionan el mal clima del pleno. "Levamos 20 anos de tensión, un pouco sempre se nota", manifestaba tras la investidura.

El nuevo alcalde asegura que impulsará una auditoría de cuentas para "saber o que hai e, se é preciso. depurar responsabilidades". Asegura que el Concello tiene una deuda "de 50.000 euros, como mínimo" con la compañía eléctrica y que "en caja solo hay unos 12.000 euros".

Prevé que durante los dos primeros años del mandato "teremos que aforrar" para después impulsar más iniciativas. Emilio Díaz entiende que Melón debe apostar por "intentar facer algo con mosteiro relacionado co sector primario, como un centro agrario, xa que un hotel, como pretendían, non daría resultado. Tentaremos negociar coa Xunta". Además, el nuevo regidor cree que el municipio debe aprovechar al máximo, desde el punto de vista turístico, sus recursos naturales, con cascadas, ríos y las pozas, que atraen a senderistas y bañistas.