"La imposición de una pena grave en una sentencia no firme, en cuanto la misma no será recurrida, no autoriza sin más" que los asesinos del 'caso A Esmorga', condenados a 16 años de prisión en una resolución que recurrirán si es preciso hasta el Supremo, ingresen entre rejas en este momento procesal. Es el argumento de la Audiencia Provincial de Ourense, que da la razón a la magistrada presidenta del jurado -la jueza del mismo tribunal que decidió mantener la libertad- y desestima los recursos de la Fiscalía y la acusación particular. Estas dos partes alertaban de que el riesgo de fuga había aumentado.
La magistrada Ángeles Lamas acordó la retirada del pasaporte y fijó comparecencias cada 15 días en el juzgado de Óscar Estévez López y Eduardo López Fernández, a quienes el jurado declaró culpables por mayoría de un delito de asesinato con alevosía, por la muerte violenta de Alexandru Walter Boghiu, de 22 años, en diciembre de 2014 en el canal de O Viñao (Boborás).
En dos breves autos, los magistrados Ana del Carmen Blanco y Antonio Piña ratifican la decisión de su compañera, con pasajes idénticos. Blanco resolvió sobre la situación personal de Eduardo López y Piña sobre la de Óscar Estévez. "Bastaría dar por reproducidos los acertados argumentos jurídicos de la presidenta del tribunal del jurado, para la desestimación de los recursos interpuestos", introduce la magistrada, "si bien a fin de dar cumplida satisfacción a los recurrentes, ha de señalarse que la medida de prisión es de carácter excepcional y por ello sometida al criterio de la subsidiariedad y de la necesidad".
La Audiencia recuerda que desde que quedaron en libertad, los asesinos cumplieron con las comparecencias establecidas, "no desatendiendo las mismas y permaneciendo por ello a disposición del tribunal, lo que desvanece el riesgo de fuga que no cabe ahora presumir, máxime en el caso sometido a debate, en el que consta el arraigo familiar del recurrido", señalan los magistrados sobre los asesinos de A Esmorga, que siguen libres.
Sobre las 9 horas del 20 de diciembre de 2014, una vez que Óscar y Eduardo se quedaron solos con la víctima en el patio de la casa de Cameixa (Boborás) del segundo, "decidieron ejecutar el plan para acabar con la vida" del joven rumano. Los acusados "decidieron llevarse a Alexandru del lugar, metiéndose los tres en el vehículo de Óscar, poniéndose Eduardo a los mandos del vehículo". Óscar se introdujo con Alexandru en el asiento trasero, "donde continuó golpeándolo durante el trayecto". Los dos acusados, "conocedores de la zona y con el fin de anular cualquier posibilidad de defensa de Alexandru, lo llevaron a un paraje apartado, y donde apenas hubiese circulación a esas horas. Lo trasladaron al canal del Viñao con la clara intención de tirarlo al río y causar así su muerte".
Pese a que los dos son coautores y planearon el crimen, fue Óscar quien agredió a la víctima en la casa y de nuevo en las proximidades del río, y fue también quien lo arrojó al cauce, desde una altura de más de 4 metros. Actuó "con la anuencia de Eduardo, el cual no hizo nada para evitar la muerte de Alexandru previamente planeada reforzando con su presencia la intimidación de la víctima". Alexandru aún seguía con vida, pero en muy mal estado. Fue arrastrado por la corriente y murió en el agua.
