A los pocos días de que el policía Celso B. A. apareciera muerto, el 9 de abril de 2016, en un despacho de la quinta planta de la comisaría de Ourense, con un disparo en la cabeza, la escena se limpió. Tres años después de los hechos aún no se ha esclarecido quién dio esa orden. El secretario de comisaría, el número 3 en la cadena de mando, declaró ayer en calidad de testigo. El inspector jefe, responsable administrativo y de personal de la demarcación policial, asegura que se enteró por el responsable de la UDEV de Policía Judicial, quien a su vez se lo comunicó al comisario accidental, de que los precintos habían sido rotos y el despacho policial, limpiado.

El secretario fue citado por la jueza a propuesta de la defensa de los gemelos Roy y Bernardo D. L., investigados por el presunto homicidio de su compañero y amigo. Sobre la limpieza del despacho, el inspector jefe, que compareció sin uniforme, aseveró que él nunca daría esa orden y reconoció que debería haberse abierto una investigación interna para averiguar por qué había ocurrido y para depurar responsabilidades, pero esa averiguación no se hizo, añadió.

El letrado de los agentes imputados quería acreditar si el mando había mantenido una discusión subida de tono con el agente fallecido, un día antes de los hechos, como había asegurado una funcionaria en febrero. El secretario aseguró ayer que no discutió con Celso B. A., y que no lo vio alterado, sino que la conversación, cuyo contenido no recordaba, fue normal.

Según las fuentes consultadas, también se le preguntó al comisario si uno de los gemelos, Bernardo D. L., había sido su sustituto como secretario accidental, y confirmó que sí durante un periodo de vacaciones en 2014. También le preguntaron cuándo abrió y vio el correo con firma de Celso en el que supuestamente se autoinculpaba de la trama de los anónimos y las armas. Según declaró ayer el secretario, se lo tuvo que reenviar un policía tras hablar con él. Asimismo, el mando manifestó que en los días anteriores a la muerte de Celso él había escuchado rumores de que los hermanos podían estar implicados en el robo de las pistolas y los anónimos.

A la declaración de ayer ante la magistrada de Instrucción 3 de Ourense, Eva Armesto, asistieron la fiscal del caso, el abogado de la acusación particular, la defensa de los policías gemelos así como la letrada que representa al exjefe antidroga acusado en la Zamburiña.

La causa por el presunto homicidio o suicidio de Celso B. A. se instruye desde abril de 2016. Durante 21 meses, bajo secreto de sumario. En enero de 2018, cuando fueron detenidos Roy y Bernardo, la jueza alzó el secreto de la mayoría de la causa. Mantuvo la medida cautelar de una parte hasta que la Audiencia ordenó, a finales de abril, que finalizara con el secreto. Además, el tribunal limitó el plazo máximo de instrucción a 18 meses, a contar desde julio de 2018, lo que sitúa el límite en el 21 de enero de 2020.