Todo empezó con un trabajo de búsqueda que un equipo de unas doce personas, abrió una primera línea sobre los mencionados estudios de los "chozos" o refugios de la guerrilla antifranquista, y luego este hallazgo rupestre consiguió que "entráramos en otros niveles y se bifurcara el trabajo", indica Tejerizo, "cuya labor es mucho más amplia y ha sido presentado el estudio a Patrimonio" y ahora está pendiente de apoyo económico.

Pero los investigadores han iniciado por su cuenta y riesgo esta ampliación de la labor documental "porque nuestra visión es entender el paisaje como un archivo de todas las manifestaciones de las sociedades a lo largo del camino con igual rigurosidad, pero en el caso de estas pinturas es ya otro nivel porque su estado de conservación es muy precario y corre cierto peligro que puedan desaparecer", indica el director del proyecto.

Por eso "hay que actuar ya pues han pasado 5.000 años y no ocurrió nada, pero está empezando a llegar gente, pese a que es una zona de difícil acceso y eso es necesario y hay que ponerlo en valor, pero están muy dañadas". La comunidad de montes está intentando controlar que no haya daños. "La maleza nos da seguridad porque hace la zona más inaccesible, pero es muy importante hacer este estudio y que se produzca de forma inmediata a su puesta en valor o este legado puede perderse", advierten.