El informe definitivo de la autopsia del bebé de dos meses fallecido la madrugada del 3 al 4 de marzo en el domicilio familiar en Ourense, tras un colapso que el padre no logró revertir -según la versión de los progenitores- depende del análisis de muestras remitidas al Instituto de Toxicología, después de que la prueba post mortem no hallara signos de violencia y declarara que la causa fue indeterminada. El trámite puede demorarse aún unos meses. El resto de la instrucción está finalizada.

El magistrado Leonardo Álvarez aguardaba por un informe de la UDEV de la Policía Judicial -para analizar discrepancias entre las versiones de los padres sobre el relato horario- así como por otro informe médico, del servicio de urgencias, sobre la primera atención dispensada al mellizo que resultó herido y que ingresó días antes con cuatro costillas rotas, debido a las maniobras de reanimación tras otro síncope, según el padre. Ninguno de esos informes ha aportado nada relevante ni varía el criterio de la instrucción, según fuentes del procedimiento.

Cuando la ambulancia medicalizada llegó al domicilio familiar tras el aviso de los padres, en la zona del Jardín del Posío, el pequeño estaba en parada cardiorrespiratoria, tenía cianosis y una herida tipo excoriación en la frente. Los progenitores A. S. M. y D. V. L. continúan investigados por posible homicidio imprudente, malos tratos y lesiones, aunque la calificación jurídica aún es orientativa. Los pediatras informaron de una sobrealimentación, un supuesto indicio de una desidia o de una falta de cuidados. Ellos niegan culpa, desatención o negligencia y lamentan que todo fue una desgraciada tragedia. Lo aseguraron tras los hechos y lo mantuvieron ante el juez el 2 de mayo, tras ser detenidos porque no se presentaron a una citación el 25 de abril. Según su defensa, porque se equivocaron de fecha. Permanecen en libertad, sin ninguna medida cautelar contra ellos.

El 4 de marzo, sobre las 4 horas de la madrugada, los investigados alertaron al 061 para pedir asistencia médica porque el bebé con el que estaban en casa no respiraba ni reaccionaba. "La mamá se quedó dormida porque estaba agotada. Le dio el biberón y se quedó dormida por espacio de una hora o una hora y media. Se levantó para ver cómo estaba el niño y ya pegó un grito. Cuando fui a ver al niño tenía los ojos negros y ya no respiraba, no había forma. No hubo tiempo, no sabemos qué pasó", explicó el padre a los periodistas el pasado mes de marzo. Atribuyó la fractura de costillas del hermano a una maniobra de reanimación cardiopulmonar que sí funcionó. "Vino su madre con él pálido, el niño no respiraba. Gracias a Dios sabía hacerla y conseguí que respirara. Le rompí las costillas porque lo noté".

El mellizo, acogido

El mellizo que sufrió cuatro fracturas costales en el hemitórax izquierdo está tutelado por la Xunta y con una familia de acogida gracias al plan de Cruz Roja.