Beatriz Lorenzo Prieto abrió ayer las puertas de la primera Casa do Maior de A Veiga. En su caso, al no disponer de una vivienda adecuada para la actividad, ha alquilado un local en la calle principal de la capitalidad municipal. Lo reformó para adaptarlo a las condiciones que exige el proyecto, dotándolo de baños adaptados y otras medidas de accesibilidad, y desde el lunes trabajará como cuidadora. Por ahora cuenta con dos usuarios inscritos, un hombre y una mujer, y espera llegar a cubrir las cinco plazas.

Con 57 años, un curso intensivo de un año de duración y experiencia previa en el cuidado de mayores, Beatriz Prieto inicia esta experiencia con mucha ilusión. Presentó la solicitud animada por su entorno familiar y social y por ver en ella una oportunidad laboral muy valiosa, sobre todo en el medio rural, donde el mercado de trabajo apenas se mueve. "Me gusta mucho trabajar con gente mayor y me pareció bien poner en marcha un servicio que puede ayudar a que el rural tire para arriba", explica.

Tras vivir 30 años en Madrid, Beatriz regresó a la casa familiar de Meixide hace una década. "Decidí volver al pueblo y no quiero tener que marcharme otra vez, me salió esto y me ilusiona mucho trabajar aquí", afirma.

La casa estará abierta de 9.30 a 17.30 horas, de lunes a viernes, con flexibilidad de horario para los usuarios. Cuenta con una sala amplia para juegos, hacer gimnasia y otras actividades. "También podemos salir a dar un paseo... lo importante es que no estén solos en casa todo el día, que se entretengan y pasen tiempo con otros mayores", señala Beatriz, que pone en valor también la importancia de estas casas para el respiro familiar.