El director del Instituto Galego do Viño Xoán Cannas imparte durante este mes en Afundación el Curso de Cultura del Vino, una oportunidad para acercarse a la viticultura, la cata, el trabajo en bodega o el maridaje. "Tratamos de explicar las claves, que dividimos en diez, para entender un poco de vino, para saber de qué hablamos", explica el sumiller. Estos monográficos cumple 15 años y por el mismo han pasado más de 2.000 alumnos.

- ¿Por dónde debemos empezar para aprender de vinos?

-Pues casualmente para nosotros la primera clave, que es sumamente importante aunque la gente no la valore tanto, es la que tiene que ver con la historia, para empezar a saber de vinos lo primero es empezar a saber su historia. Ahora mismo para nosotros es fácil acercarnos a una estantería y coger una botella de vino, pero detrás de esa botella hay miles de años de historia y para valorar ese vino es necesario saber un poco cómo ha llegado hasta aquí. Y hablando de la historia, la diferencia entre un vino que cuesta 1.000 euros y uno que cuesta 10 no puede ser solo técnica, hay una parte que tiene que ver con la historia.

- ¿Resulta posible para alguien que no es experto distinguir un vino de 10 euros de uno de mil?

-Para un profano a lo mejor no. Siempre hay una máxima que se cumple, lo bueno nos gusta a todos. Normalmente lo que gusta es porque es bueno, eso pasa en todos los campos, no solo en el vino, y realmente en el mundo del vino hay que saber un poquito, hay que tener ciertos conocimientos para poder apreciar. Y si uno no tiene ni idea seguramente no distinguirá un vino de 500 euros de uno de 10, pero a medida que va probando más cosas va entendiendo el por qué y sabiendo apreciar. Es gradual.

- Tras saber un poco de historia ¿es el momento de empezar con las catas?

-Exactamente, es la segunda fase, el análisis sensorial, saber un poco como funciona nuestro organismo cuando se enfrenta a una copa de vino. Son temas relativos a cómo debemos oler el vino, cómo debemos probar, en qué debemos fijarnos, en qué partes de la lengua se sitúan los sabores básicos, cómo identificamos aromas. Es todo lo que identificamos con un análisis sensorial, un tema que a veces sorprende a los neófitos pero que no tiene más complicación que la de ser un poco observador.

- ¿Se tarda en familiarizarse con la cultura del vino?

-No, es relativamente sencillo, prueba de ello es que tenemos unos 500 alumnos anuales, y muchos son gente que se engancha al mundo del vino desde el primer día y algunos incluso se dedican profesionalmente al mundo del vino después. Es fascinante ver la evolución en muchos casos. Y otros se convierten en auténticos frikis (sonríe) a lo que vemos en todos los simposios, en todas las ferias, la verdad es que es muy agradecido ver como en estos años que llevamos de colaboración con Afundación la gente se va enganchando al mundo del vino y se va creando en Galicia cultura del vino.

- ¿El perfil de edades es también diverso?

-Si, la verdad es que tenemos público de todas las edades, desde jóvenes de 30 que empiezan en este mundo a señores de más de 60, hay un poco de todo.

- El sector gallego del vino vive un momento de euforia

-Si, la verdad es que a nivel nacional se está viviendo un grandísimo momento del vino en Galicia, somos supertendencia, todo el mundo mira hacia aquí, hay una generación de productores sumamente interesante, que arriesga, que innova, que hace cosas sumamente atractivas, divertidas, originales, y sí, se está viviendo un grandísimo momento. Nuestra labor consiste en democratizar el vino en Galicia; para ello cada ano tenemos 500 alumnos a los que vamos metiendo el gusanillo, por así decirlo.