El juez de guardia dictó ayer prisión preventiva -el fiscal solicitó la posibilidad de que sea eludible bajo fianza- para dos de los cinco ourensanos detenidos por trapicheo de drogas en tres pisos de la ciudad, en Avenida de Buenos Aires y las calles Río Salas y Samuel Eiján. La Policía Nacional, que bautizó el caso como operación Sal, registró los domicilios este miércoles y se incautó, aproximadamente, de 200 gramos de cocaína y varias dosis ya preparadas, 4 kilos de hachís en bellotas, placas y dosis, 700 gramos de marihuana envasada al vacío, 25 gramos de sustancia de corte, 2.625 euros en efectivo -abundaban los de 50-, varias balanzas de precisión, una rudimentaria máquina de prensa con la que presuntamente desmenuzaban las rocas en bruto de cocaína hasta reducirla a polo, previa a su corte, así como más utensilios para preparar la droga.

La operación, dirigida por el fiscal provincial antidroga, continúa abierta, según la comisaría. Echa al traste con tres puntos de venta y una organización dedicada al tráfico de drogas a pequeña y mediana escala. La investigación del grupo de estupefacientes de la Policía Judicial comenzó en febrero. El martes fueron detenidos tres hombres y una mujer. El miércoles otra. Están investigados por un presunto delito contra la salud pública, cometido "de forma continuada y reiterada", afirma la comisaría. En los registros colaboró la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).

Ventas en piso y repartos

En los domicilios donde se llevaba a cabo el trapicheo de cocaína, hachís y marihuana -aunque también se llevaba por encargo, a un lugar pactado de antemano- residían los sospechosos. Las dos mujeres fueron puestas en libertad en la propia comisaría por razones humanitarias. Una está embarazada y la otra, enferma.

Cada piso tenía una cantidad distinta de droga. Poseían una mesa de preparación de las dosis. La sustancia de corte, como es habitual, se usaba en las mezclas para adulterar y aumentar las cantidades que se ofrecen al consumidor para conseguir más dosis y más beneficios. Los cinco son de Ourense. Los hombres tienen 23, 30 y 33 años, solo uno de ellos con un antecedente policial. Las mujeres, 27 y 22.