El remanente de tesorería del Concello se verá incrementado de forma sustancial, según se plasmará en el informe de liquidación del pasado ejercicio de 2018, y se situará entorno a los 105 millones de euros, frente a los algo más de 70 millones con que se había cerrado el de 2017. Lo que supone un incremento superior a los 35 millones de euros.

Y aunque la concejal de Hacienda y portavoz del gobierno popular, Ana Fernández Morenza, evitó pronunciarse sobre está situación hasta no "tener el informe de Intervención", el que se pronunció ayer fue el principal partido de la oposición, Democracia Ourensana, que "después de consultar con técnicos del Concello", asegura que en breve se hará público el balance oficial, que reflejan esos 105 millones de remanente de tesorería, la cantidad económica acumulada recaudada a través de impuestos y tasas, que no fueron gastadas por el gobierno.

Las claves de está situación, la de superávit y ahorro, que fue una constante durante el presente mandato que finalizó, estriba en que se funcionó con los presupuestos prorrogados de 2014, los último que aprobó el gobierno socialista a finales del anterior mandato, y la ausencia de inversiones, que sólo se podían llevar a cabo a través de modificaciones presupuestarias. Además, el incremento que se experimenta, respecto a años anteriores, se debe a que ya fue amortizada la deuda que tenía el Concello y que ascendía a 40 millones de euros.

Así las cosas, y a falta de la confirmación oficial vía informe de Intervención y Tesorería municipal, todo hace indicar que el dinero con que se ingresaron en las arcas municipales durante el anterior ejercicio económico estará entorno a los 106 millones de euros .

Plan económico-financiero

Otra de las cuestiones que está pendiente es el plan económico-financiero, necesario para poder presentar un nuevo proyecto de presupuestos. Y aunque la intención del gobierno popular era presentarlo al pleno a finales del pasado año, se fue demorando, y en estos momentos se sigue a la espera del mismo.

Es por eso que la edil de Hacienda reconoce que será la nueva corporación municipal que salga de la elecciones del próximo domingo, 26 de mayo, la que deba proceder a su aprobación, para que el nuevo gobierno pueda presentar el proyecto de presupuestos para el presente ejercicio, sin descartar que se opte por elaborar un presupuesto para 2020, y de esa forma poder llevar a cabo el procedimiento en tiempo y forma, como establece la ley, con su aprobación a finales de 2019.

Eso permitiría acometer con garantía un plan de inversiones, aprobado por el gobierno del PP con el apoyo del grupo socialista, que asciende a 13 millones de euros, a través de modificaciones presupuestarias. La demora en la ejecución, y que llevó a que se ejecutase poco más del 5%, según el último informe del interventor, provoca que una vez finalizado el año se deba realizar una nueva modificación, una vez se apruebe la liquidación el ejercicio de 2018.