Una de las personas más agradecidas con ese anuncio oficial del pub Moscow de que sigue funcionando, y además cumpliendo lo que le permite su licencia como café-bar, es una vecina del mismo edificio de calle de la Luna, que prefiere no dar su nombre pero que firma decenas de denuncias semanales presentadas por el registro del Concello y llamadas a la Policía Local por el exceso de ruidos del establecimiento. "Empecé a denunciar desde finales de 2017 cada semana; a los 6 meses al ver que no había repuesta acudí al Concello y me enviaron a Participación Ciudadana, y luego a Urbanismo pero sin soluciones" afirma esta vecina. Finalmente "mi salud se resentía, pese a que ponía tapones en lo oídos, y cada fin de semana iba a dormir a casa de madre". Asegura que "parece que ese fin de semana pasado, el ruido remitió. Ojalá que se cumpla la ley y no tenga que volver a denunciar".