La Virgen de Fátima obró de nuevo el milagro de la participación. Miles de personas asistieron ayer en el día grande tras la novena de Fátima, a la llamada procesión de las antorchas, que dibujó un reguero de luz en la noche ourensana, demostrando que mantiene su fuerza cada año.

Desde primeras horas de la noche comenzaron a llegar a la ciudad para participar en la cita de advocación mariana más participativa de la diócesis, junto con la de la Virgen de Os Milagros, miles de personas procedentes de toda provincia.

El punto de encuentro fue el santuario de Fátima en el barrio de o Couto, del que partió a las 22.45 horas de ayer la procesión, encabezada por la imagen de la Virgen, cuya carroza iba engalanada con muchas de las miles de flores que las madres le ofrecieron un día antes, en la también masiva "Ofrenda de las Madres".

La procesión volvió a ser un ejemplo de devoción, pero también de organización y coordinación de medios policiales y de protección civil, que desde una hora antes cortaron las calles por las que iba a pasar el recorrido desde Ervedelo por Progreso, Cruz Roja, Lamas Carvajal y Santa Eufemia hasta la Catedral de Ourense, a donde llegó ya rondando la medianoche aproximadamente la comitiva, momento en el que dio comienzo la misa, oficiada por el obispo y concelebrada por numerosos sacerdotes de la diócesis.

Esta procesión es llamada también "de los transistores" pues muchos fieles junto con su vela encendida portan un aparato de radio, desde el que pueden ir escuchando los cánticos de la misa radiada desde el exterior, dado que es imposible por aforo, albergar a todos los asistentes en el interior de la seo catedralicia.

Allí se ofició la misa celebrada por el obispo Leonardo Lemos y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos el párroco de Fátima Celso Rodríguez y coparrocos.

Cerca de doscientos voluntarios de la parroquia participaron de la novena que antecedió a la procesión y que este año fue más numerosa si cabe, al estar acompañada por una climatología estival, así como la presencia de agentes locales. Rematada la homilía, la imagen mariana enfiló el regreso a su santuario en O Couto, acompañada aún por cientos de fieles.

Este año la participación fue ya especialmente numerosa en todos los actos de la novena, lo que según los responsables del templo mariano, demuestra que, al contrario que en otras parroquias, hay relevo generacional en cuanto ala devoción a la Virgen de Fátima.