El peligro de incendio es más frecuente y es más real en la provincia de Ourense que en ningún otro territorio gallego. En un territorio que comprende 577.553 hectáreas de superficie forestal, de las más de 2 millones que totaliza Galicia, se encuentran dos de cada tres lugares más castigados históricamente por las llamas. El 68% de las catalogadas como Parroquias de Alta Actividad Incendiaria (PAAI) están en Ourense: son 48 de las 71 enumeradas en la comunidad por el Plan de Defensa contra Incendios Forestais de Galicia (Pladiga), el documento que resume los medios, objetivos y actuaciones para luchar contra el fuego. En estas 48 zonas de Ourense -cuatro menos que las consideradas en el Pladiga de 2018- los incendios han dejado una herida profunda que se repite con rutina. En diez años las llamas devoraron 45.357,58 hectáreas en esos lugares y, en el último lustro, se han contabilizado un total de 1.078 incendios forestales.

Una docena de localidades de la provincia preocupan por la especial virulencia de los incendios que han ocurrido allí, con dos o más superiores a las 200 hectáreas. Se trata de las parroquias de Queixa (Chandrexa de Queixa), A Ponte (A Veiga), A Xironda (Cualedro), Camba (Laza), Bousés (Oímbra), Tabazoa de Umoso (Viana do Bolo), San Paio de Araúxo (Lobios), Vilamarín, Requeixo (Chandrexa de Queixa), Prado de Limia (Muíños), Requiás (Muíños) así como Castro de Escuadro (Maceda). La amenaza del fuego es una constante, incluso más allá del verano, en zonas de Ourense como O Pereiro, en A Mezquita, -96 fuegos en los últimos 5 años-, Montes en Cualedro -71 focos en un lustro-, la citada de Castro de Escuadro -58 en el mismo periodo-, A Granxa en Oímbra -46- o la parroquia de Quins en Melón -37-.

El impacto de los incendios ha sido brutal y reiterativo en las 48 parroquias de alta actividad incendiaria, con una media anual de 7 fuegos o más en un lustro. Los municipios con más zonas peligrosas con A Gudiña (6), A Mezquita (4) y Manzaneda, Lobios, Vilariño de Conso y Oímbra (3 cada uno). En algunas las hectáreas arrasadas se contabilizan por varios miles en la última década. Sobresale el dato del daño infligido por el fuego en San Paio de Araúxo, en el municipio de Lobios, donde las llamas han arrasado un total de 6.029,8 hectáreas en los últimos 10 años.

Se han quemado en el mismo periodo 3.916,32 hectáreas en la parroquia de Cernado, en Manzaneda, 2.895,57 en Camba (Laza), 2.794,08 en A Xironda (Cualedro), 2.139,77 en Queixa (Chandrexa) o 1.875,82 en Bousés (Oímbra). Casi la mitad de las parroquias con elevada incidencia de incendios -21- pertenecen al distrito forestal número XIV, el de Verín-Viana. Con respecto a 2018 desaparecen del listado Xurenzás (Boborás), Sobradelo (Carballeda de Valdeorras), Vences (Monterrei) y A Fraga (Lobeira).

"Un seguimento exhaustivo"

En las 48 parroquias se llevará a cabo, según la Xunta, "un seguimento exhaustivo de calquera actividade incluída no territorio e intensificaranse as actuacións de vixiancia e disuasión. Así mesmo, nas ditas zonas realizarase un control exhaustivo das axudas públicas concedidas e non se concederán autorizacións extraordinarias para a práctica do pastoreo nos terreos queimados".

El contingente para luchar contra el fuego movilizará un máximo de 1.666 efectivos en el periodo de peligro alto -la provincia que más, son 5.829 en el total de Galicia-, entre personal de la Xunta (812), contratado para los medios aéreos (66), perteneciente al Estado (59) y a cargo de concellos, parques comarcales y municipales de GES y bomberos (729). El número de personas luchando contra el fuego en Ourense caerá a 819 en temporada de riesgo medio y a 622 con peligro bajo. En la época de máxima incidencia habrá 182 brigadas por tierra y aire en la provincia, así como 10 medios aéreos, 6 máquinas pesadas y 82 motobombas de distinta titularidad.

El Pladiga contempla, además, 12 torres de vigilancia fija en lugares estratégicos de la provincia (44 puntos en toda Galicia), 6 bases de helicópteros, 2 de aviones ligeros