La Coral De Ruada sumó ayer un nuevo reconocimiento a su larga trayectoria con la entrega de la medalla de oro "Marcial del Adalid" que le concedió la Real Academia Galega de Belas Artes por su constancia musical. Una distinción que recibieron cada uno de los 21 integrantes de la agrupación que llevan más de 15 años formando parte de la familia ruadista.

El acto, que se celebró en el salón de plenos del Pazo Provincial, a las 13.00 horas, incluyó una actuación de la coral, que interpretó los Alalás de Taboadela e Ourense, Negra Sombra y el Himno Galego.

Este premio, que De Ruada ya recibió en 2009, se entrega ahora en su versión personalizada, con diplomas e insignias para los integrantes que han demostrado su fidelidad a una agrupación que acaba de cumplir un siglo de vida y que forma parte de la identidad cultural de Ourense. Así lo defendió ayer su presidente, Samuel Lago, que afirmó que estas medallas las reciben hombres y mujeres "que dedicaron y sigen dedicando una buena parte de su tiempo a hacer posible que la aventura tenga continuidad y cumpla sus cien años de existencia".

Este premio supone un empujón para una agrupación que actualmente cuenta con 60 integrantes, pero que ve dificultada la labor de captación de nuevos coralistas, sobre todo entre los jóvenes. Samuel Lago señaló que este no es un fenómeno que afecte solo a la Coral De Ruada, sino que se extiende por lo general a todas las agrupaciones corales, al contrario de lo que sudece en las bandas de música a las que sí se suman en mayor medida niños y jóvenes. "Por más que buscamos, no encontramos respuesta a por qué sucede esto pero tenemos la esperanza de encontrarla algún día", señaló el presidente, al tiempo que animó a la sociedad a acercarse y cantar con la Coral De Ruada para presevar y dar continuidad a un legado muy importante en la tradición coral gallega y un símbolo, dijo, de la identidad cultural de Ourense. El ritmo de vida, los usos y costumbres actuales son, a su juicio, algunos de los factores que dificultan la captación de nuevos coralistas, sobre todo entre los jóvenes, por eso agradeció la "fidelidad" de los 21 homenajeados ayer entre los que se encuentran miembros como Óscar Luis Vázquez Fernández, que ingresó en la Coral De Ruada en 1973.

Además de este, recibieron la medalla de oro y el diploma otros 10 hombres y 10 mujeres: Julio Pérez Dorribo, Xaquín Vales Rodríguez, Raúl Cachaldora Fernández, Óscar Luis Vázquez Fernández, Alfonso Fidalgo Conde, Manuel Souto Prieto, Ana María Herrero Prieto, Florita Outeiriño Fernández, Pilar Baltar Rodríguez, Juan José Alonso Merino, Emilio Rodríguez Portabales, Desiderio Martínez Vila, María Isabel Pérez Martínez, Jesusa Varela García, Álvaro Iglesias Montes, María Belén Vázquez Lamela, Luisa Rodríguez Nóvoa, Lourdes Rodríguez Mira, Juan Canal López, Fátima María Malingre Grande y María Blanca Taboada Montes.

Acompañando al presidente de la coral, intervinieron también en el acto el presidente de la Real Academia Galega de Belas Artes, Manuel Quintana Martelo, y el académico numerario de la sección de Música, Maximino Zumalave Caneda, que defendió la práctica coral como un trabajo de conjunto y en equipo que requiere equilibrio y que sus integrantes, con sus voces, se "entiendan y respeten". Aprovechando el contexto electoral, el académico reflexionó ante el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, sobre lo que las enseñanzas corales podrían aportar a sectores como la política, donde es importante el entendimiento entre las diferentes voces. En esta línea, Zumalave reinvindicó la inclusión de esta disciplina en el sistema educativo como ya sucede en algunos países europeos.

Por su parte, el presidente de la academia, Manuel Quintana, subrayó que la música es una de las artes más significativas del mundo cultural y destacó que el galardón que recibe la Coral De Ruada ejemplifica el compromiso de la Real Academia Galega de Belas Artes con la difusión y promoción del mundo musical de Galicia. El premio a los 21 miembros de esta agrupación reconoce "su constancia, calidad artística, esfuerzo personal y colectivo, que hacen posible que la tradición coral gallega sea parte de nuestra identidad".

Quintana Martelo precisó que el premio fue creado en 1949 para honrar la práctica musical no profesional, que de forma desinteresada y constante realizan personas e instituciones de Galicia, mediante su participación y mantenimiento de agrupaciones artísticas. "Valoramos los méritos de miembros de varias generaciones de cantores e instrumentistas que dedicaron su tiempo a la música dejando testimonio de entusiasmo y dándonos ejemplo para el futuro", destacó.