El Plan Básico Autonómico, que sustituye las Normas Subsidiarias Provinciales de 1991 -con una antigüedad de 26 años- entró en vigor en octubre de 2018. Identifica los núcleos que hay en Galicia y sus afecciones sectoriales. Utiliza esta información como base para la delimitación y categorización de los núcleos rurales y de los terrenos que sean clasificados como suelo urbano consolidado por los Planes Básicos Municipales.

También recoge todas las afecciones derivadas de las legislaciones sectoriales de los diferentes núcleos, que son fundamentalmente las relativas a infraestructuras, como carreteras, parques eólicos, instalaciones de gas, ferrocarriles y telecomunicaciones, además de las del medio rústico, entre las que se encuentran los espacios naturales y patrimoniales.

Los municipios con menos de 5.000 habitantes que no tengan plan general, pueden elaborar un plan básico municipal, que requiere una cantidad menor de recursos y de tiempo que un plan general.

Estos planes entran al detalle, mediante la clasificación del suelo, en lo que "no entra el plan Básico Autonómico", admite la Consellería de Medio Ambiente. Establecen las zonas en las que se puede edificar y en cuáles no. Delimitan el suelo urbano consolidado, los núcleos rurales y el suelo rústico.