Sufrió una lesión medular y perdió a dos de sus mejores amigos en un siniestro de tráfico ocurrido en 2005 en Ribadavia. Félix González, un ourensano de A Bola de 35 años -entonces tenía 21-, iba en el asiento trasero derecho. El coche adelantó a un autobús en la autovía A-52, se salió de la carretera y sufrió un impacto brutal. El cinturón salvó a Félix. Desde hace más de diez años es el ejemplo vivo ante los conductores de las consecuencias que puede ocasionar un exceso de velocidad, un despiste con el móvil o el consumo de alcohol y de drogas antes de ponerse al volante. En este tiempo ha ayudado a formar y a concienciar "seguramente, a más de 1.000 conductores" -calcula- en cursos de recuperación de puntos, cuya finalidad es la sensibilización y la reeducación vial. Entre 700 y 1.000 infractores -la cifra varía- se someten cada año, en la provincia de Ourense, a estas recuperaciones del saldo del carné. "Lo que pretendo es que se paren a pensar y den importancia a detalles a los que con anterioridad no se la daban. Todos sabemos qué está bien y qué está mal, pero a veces no se concede la suficiente importancia a conducir mal, ni se hacen los esfuerzos necesarios para cambiar. Creo que si ven un caso real como el mío y se dan cuenta de las consecuencias que puede traer no prestar atención a aquello que deberían tener presente a la hora de conducir, se reducen las probabilidades de que ocurra algo como lo que me pasó a mí o a muchas otras personas"

Félix habla ante los conductores imprudentes en sesiones de una hora, en el centro de recuperación de la ciudad de Ourense -donde acuden aproximadamente la mitad de alumnos de la provincia-, en el de O Carballiño, el de Xinzo y el de Verín, así como en Monforte (Lugo) y Lalín (Pontevedra). La quinta autoescuela autorizada en Ourense está en O Barco de Valdeorras, donde la labor de concienciación como víctima recae en Daniel Fernández, que perdió una pierna tras ser arrollado por un coche cuando tenía 18 e iba en moto. Daniel protagoniza el documental Mil sorrisos e un perdón, en el que se encuentra con el conductor.

Cada charla, cada curso, supone para Félix un regreso a su historia. "Cuando cuento qué me sucedió, esa parte del curso se me hace bastante difícil. He contado mi caso muchas veces y no me acostumbro. Pero es la única forma que tengo de poder aportar algo que pueda resultar positivo de algo tan negativo como fue el accidente que sufrí y la experiencia peor: que fallecieran mis amigos"

La Dirección General de Tráfico (DGT) retiró el año pasado en Ourense 29.016 puntos. Un total de 7.742 conductores fueron sancionados. Alguno fue reincidente, pues el total de multas se situó en 8.466. Se retiraron 29.016 puntos en la provincia el año pasado: 7.994 por excesos de velocidad -3.430 conductores multados-, 6.462 por positivos en alcohol con tasa inferior a delito de 1.379 infractores, así como 6.054 por consumo de drogas (cada multa implica 6 puntos menos y hubo más de un millar de multas en 2018). Por no llevar el cinturón o el sistema de retención infantil, en Ourense se retiraron 3.057 puntos en total, como resultado de un millar de sanciones. Hablar o manejar el móvil al volante se saldó con la detracción de 2.274 enteros a 747 personas.

"Cambiar la actitud de una persona requiere un proceso mucho más largo que la hora de curso en la que estoy yo, pero veo que sirve para modificar su atención en el aprendizaje de un modo muy fuerte. Piensan en circunstancias que han tenido y les dan más importancia, ven que determinadas conductas pueden traer repercusiones", explica Félix González.

Los cinco centros autorizados de la provincia acogen cursos de sensibilización y reeducación vial, para la recuperación parcial de puntos -hasta lograr un máximo de 12 en el carné, duran 12 horas y su coste es de 211,67 euros-, o la recuperación total (24 horas de formación en 4 o 6 sesiones, con un coste de 398,45 euros). El conductor con el saldo agotado debe volver a examinarse del teórico y el práctico, al igual que el que resulta condenado a una privación del derecho a conducir superior a dos años.

Profesores de autoescuela con formación específica imparten los cursos. Félix y Daniel hablan con los conductores tanto en los módulos de recuperación parcial como total. En estos últimos además, una hora corre a cargo de un psicólogo. Los instructores desgranan 16 temas sobre aspectos como la concienciación, sensibilización y reeducación vial, la toma de decisiones, la conducción preventiva, cómo actuar en caso de accidente o los factores de riesgo, la edad, el alcohol y la velocidad.

"Creo que sí se produce una transformación. Explicamos la magnitud de los accidentes y sus costes sociales, sanitarios y administrativos. La gente sale bastante concienciada pese a que exista un porcentaje de reincidencia, más raro en los cursos de recuperación parcial", dice Luis Novoa, director de uno de los centros de reeducación. "Los cursos han funcionado y funcionan bien en Ourense. Son un elemento imprescindible para el efecto reeducador del permiso por puntos. El sistema español se ha copiado en multitud de países europeos e iberoamericanos", destaca el jefe provincial de Tráfico, David Llorente.

"A veces me encuentro a personas que han pasado por los cursos que vienen a saludarme. Noto, al hablar con ellas, que su conducta ha cambiado muchísimo, que me dicen que ya no cogen el coche si han bebido y toman precauciones, por ejemplo. Si yo no viera eso, no seguiría dando cursos, eso está clarísimo", finaliza Félix, un ejemplo vivo.