La Ribeira Sacra ya es candidata a ocupar un lugar en el mapa del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, una lista en la que se inscriben bienes y lugares con un valor universal excepcional y en la que actualmente figuran 1.092 propiedades repartidas entre 167 países. El paisaje natural y cultural que conecta las provincias de Ourense y Lugo con los ríos Miño y el Sil como elementos conductores optará a este reconocimiento en 2021 tras superar ayer la última etapa de un complejo proceso que comenzó en 1996 cuando la propuesta se incluyó en la lista indicativa de la Unesco.

La candidatura presentada por la Xunta de Galicia al Ministerio de Cultura y valorada técnicamente por el Consejo del Patrimonio Histórico Español ha obtenido un respaldo unánime de este organismo que ayer clausuró en el Mosteiro de Santo Estevo de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín) su sesión número 84. La aprobación de la propuesta, votada por los directores generales de Patrimonio Cultural de todas las comunidades autónomas de España y representantes del Ministerio de Cultura, fue celebrada por los gobiernos autonómico y provinciales y por los alcaldes de los 22 municipios que conforma la Ribeira Sacra, así como agentes económicos y sociales.

La decisión fue comunicada por el director general de Bellas Artes, Román Fernández-Baca, que presidió el consejo estatal, y por la directora general de Patrimonio de la Xunta, María del Carmen Martínez Ínsua. A este punto, explicó Fernández-Baca, se llega tras el informe positivo del grupo de trabajo y el respaldo de todo el consejo a una "potentísima candidatura". Por ello, trasladó a la Xunta su felicitación por el "magnífico trabajo realizado en un territorio que es ejemplo de sostenibilidad".

El Consejo de Patrimonio Histórico ha tenido en cuenta que la Ribeira Sacra es el paisaje simbólico más occidental de la Europa continental. Ubicada en los valles del Sil y del Miño, reúne un conjunto de cenobios, monasterios, iglesias, capillas y cruceiros que, por su variedad y densidad, "configuran un espacio cultural único en todo el mundo, ejemplo del monacato primitivo que se desarrolló a finales del siglo IV". El paso del eremitismo al monacato y la posterior expansión benedictina, destaca el consejo, dejó un bosque de iglesias que ilustran la riqueza y variedad de la arquitectura románica de los siglos XII y XIII.

Fernández-Baca sostiene que la singularidad del territorio y su complejidad "con las viñas y las arquitecturas relacionadas con la contemplación y la religiosidad" convierten a la Ribeira Sacra en una candidatura con todas las opciones para entrar en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

La Unesco exige que para ser incluidos en la lista del Patrimonio Mundial, los bienes deben tener un valor universal excepcional y cumplir por lo menos uno de un total de diez criterios de selección. La candidatura de la Ribeira Sacra, destacaron tanto Román Fernández-Baca como María del Carmen Martínez Ínsua, cumple tres. Concretamente, los criterios 3, 4 y 5 por aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida; constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, y ser un ejemplo de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización tradicional de las tierras o del mar.

Tras pasar dos días en la Ribeira Sacra y realizar "un ejercicio empírico de evaluación", el director general de Bellas Artes trasladó la satisfacción de todos los miembros del consejo. Por su parte, la directora general de Patrimonio de la Xunta destacó el "orgullo inmenso" que representa para Galicia la aprobación de la candidatura, y avanzó que todavía habrá que realizar una serie de ajustes técnicos propuestos por los equipos de trabajo del consejo antes de su presentación definitiva ante el Comité de Patrimonio Mundial.