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"Enterráronnos espidos e boca abaixo"

Comenzaron en el cementerio de Beade, tras 83 años de búsqueda, las excavaciones para dar con dos represalidos tras el golpe militar del 36, uno de ellos último el alcalde de la República en Amoeiro, Castor Sánchez

Antonio mira la excavación, en el lugar donde vio enterrar en 1936 a "Os amoeiros". // Brais Lorenzo

Era el verano de 1936, uno de esos veranos eternos para un niño de 6 años -la edad que tenía entonces Antonio Estévez- cuando él se encontraba jugando con un grupo de chavales de su aldea en el entorno de la capilla de San Roque de Beade (Ourense), y vio como sacaban de su interior dos ataúdes, cuyos cadáveres iban a ser enterrados, apenas cien metros más abajo, en el entorno de la iglesia de Santa María.

Los niños se acoplaron en silencio a los parroquianos, que iban en el cortejo fúnebre orando por aquellos dos desconocidos, cuyo destino era una fosa común. "Enterráronnos alí; espidos e boca abaixo; o buraco era moi grande, e alguén dixo: "Fai falta que sexa grande porque ahí teñen que caber moitos máis". No pobo dixeron que eran "os amoeiros". Nunca esquecín aquelo. Pero calei. Daquela había que calar", recordaba ayer Antonio Estévez, ya casi nonagenario, 83 años después de una visión infantil que le dejo marcado de por vida.

Su testimonio fue crucial para que la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) pudiera dar con el posible paradero de los restos de Castor Sánchez Martínez (1884-1936), el último alcalde de la República en Amoeiro (Ourense) y de su amigo Antonio Pérez Gutiérrez, apodado "Pinante", e iniciar ayer las labores de exhumación en el cementerio de Beade de "os amoeiros" . El alcalde había sido asesinado en ese concello del Avia, y su amigo en Amoeiro, pero ambos fueron depositados en la cuneta de un cruce de caminos entre Beade y Beariz como un mensaje cifrado "muy claros para el resto", indica Marcos González, miembro de la ARMH.

Marcos fue uno de los miembros de esta asociación de arqueólogos, voluntarios llegados de toda España e incluso desde Alemania, como Julius, un estudiante de secundaria en aquel país, que iniciaron ayer con las pertinentes permisos del Obispado, la excavación en el cementerio de Beade. Es el punto y seguido a una búsqueda incansable que mantuvo durante décadas un hijo del regidor asesinado, quien falleció sin poder dar sepultura a los restos de su padre, lucha que continua ahora un nieto de Castor Sánchez

La tarea se avecina compleja pues, es el único caso de una de las fosas comunes para enterrar a los represaliado, abiertas en los cementerios en Galicia, que no se pegó a una de las paredes de la iglesia, por lo que cabe la posibilidad de que la fosa, puedan haber quedado debajo de los nichos en vertical construidos décadas después, señala la ARHM.

Pero la excavación continuará unos días más. La emoción era mayúscula ayer entre los asistentes, entre ellos el secretario provincial del PSdeG en Ourense, y alcalde de Amoeiro Rafael R. Villarino. Su empecinamiento en resolver el paradero de los restos de estos dos vecinos, remató un día en el que "me acerqué a preguntar algo a un vecino mayor que tomaba el sol cerca del cementerio de Beade y fue él quien me dijo que había visto enterrar a esos hombres siendo niño. No puedo describir la emoción cuando me llevó hasta el lugar", señaló Villarino.

En Beade, el feudo de uno de los últimos alcaldes devotos del franquismo, el regidor del PP Senén Pousa, que mantiene una calle dedicada al Caudillo, ayer las palas fueron para desenterrar, no para enterrar la historia.

Y la de Castor Sánchez sigue viva en el libro que le dedica el historiador Julio Prada, en el que con todo lujo de detalles, recuerda que Sánchez era cantero de profesión, presidente de las sociedades agrarias en Parada de Amoeiro, y fundador de la UGT en ese municipio, así como defensor de la supresión de los foros, por lo que ya tuvo que huir a Francia en 1919. Fue elegido alcalde democráticamente en el año 1931 ,de una corporación integrada por 8 ediles socialistas como él y 4 republicanos.

Durante su etapa se diseñaron y abrieron las primeras carreteras cuyo trazado hoy se mantiene en Amoeiro y con la ayuda de ATEO la asociación de profesores de Ourense os métodos bebían de la Institución de Libre Enseñanza, se dio prioridad a la educación que alcanzó un nivel muy superior al que tenía entonces en la ciudad.

El triunfo electoral de la derecha en 1934 forzó su cese y deportación para regresar a la alcaldía en febrero de 1936. Un breve interludio para la política y para la vida, pues tras el alzamiento militar de 18 de julio de 1936 Castor Sánchez acabó en una cuneta antes de poder huir a Portugal.

Su amigo Antonio Pérez Gutiérrez "Pinante" con el que comparten 83 años de silencio desnudo, en una fosa común de Beade, era carpintero y afiliado al PSOE. La ARHM solo supo que tenía 32 años, cuando fue asesinado, había nacido en Palmés, Ourense, estaba casado y era padre de dos hijos.

En el registro de Beade solo figuraraba la fecha de su muerte, según a Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica y el nombre "Desconocido". Desde ayer vuelve a tener nombre e historia.

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