Salió de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense sobre las 8.30 horas de la mañana y se dirigió a la residencia de mayores San José, en la parroquia de Rairo. Carlos L. R., un cabo natural de Valladolid y de 48 años, subió a la segunda planta del geriátrico y pidió hablar con su mujer, que trabaja en el centro. La esperó en la sala de visitas mientras atendía a una interna y, cuando apareció, sacó su arma y se pegó un tiro. El guardia civil, que era el responsable de la unidad canina en Galicia, con sede en Ourense, fue trasladado aún con vida al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), pero falleció poco después por la gravedad de las lesiones causadas por el disparo. El suceso provocó una gran consternación en la residencia de Rairo, gestionada por monjas y con unas 200 personas residentes, así como en el propio instituto armado, donde era muy apreciado y destacaba por su entusiasmo.

C. L. se encontraba en activo, no constaban problemas psicológicos y era el responsable del Grupo Cinológico de Seguridad y Rescate, la única unidad canina de la Guardia Civil en Galicia, radicada en Ourense. Era habitual que acudiera al centro de trabajo de su mujer. En la residencia destacaron su carácter afable. La Policía Nacional dijo ayer que no había denuncias por violencia de género. Al lugar del suceso acudieron patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local. Los servicios sanitarios trasladaron al guardia civil, aún vivo, aunque crítico. Murió a mediodía en el CHUO.