La preocupación por la situación en la que se encuentra el partido en la ciudad, que se fue tejiendo durante los últimos cuatro años, desde el mismo momento en que se produjo el descalabro electoral en 2015, cuando el PSOE pasó de ser primera fuerza política, con 11 concejales, y gobernar a la ciudad, a quedarse con 6 ediles y ser el tercer grupo políticos de la Corporación Municipal.