Sin calculadoras ni aparatos electrónicos, sólo con su ingenio y creatividad. Los 78 mejores alumnos de Secundaria de España en matemáticas compiten desde ayer en Ourense por un puesto en el equipo que representará al país en la final internacional que se celebrará del 15 al 21 de julio en Bath, Inglaterra.

Convertida en escenario de la fase final de la LV Olimpiada Matemática Española, la ciudad de As Burgas reúne al talento matemático del futuro en una prueba que exige máxima concentración y mucho entrenamiento previo. "Por eso se llaman olimpiadas", precisa el miembro de la Real Sociedad Matemática Española e integrante de la comisión de olimpiadas, José Luis Díaz Barrero, porque requieren preparación previa. Las pruebas que afrontan los 78 participantes no son curriculares, explica, "pero tienen al menos una solución que se puede escribir con los conocimientos que tienen de matemáticas elementales propias de la educación secundaria".

La prueba se estructura en dos jornadas con sendas sesiones de tres horas y media en las que los participantes deben resolver seis problemas. "Son retos que abarcan los tópicos habituales: el álgebra, la geometría, los números y las técnicas de contar", apunta Díaz Barrero. No se trata de un desafío extremadamente exigente, puntualiza, si los alumnos han realizado un buen entrenamiento y logran un nivel óptimo de concentración durante el desarrollo de los ejercicios. Los 78 que compiten en la fase final tienen estas aptitudes, destaca el integrante de la RSME, pero sobre todo "el interés y la capacidad de disfrutar enfrentándose a cosas que a priori desconocen". La clave para afrontar una prueba de este nivel, precisa, es ser conscientes y estar convencidos "de que con su formación y los conocimientos que poseen son capaces de resolver los problemas", aunque como es lógico, "unos llegarán más lejos que otros".

Para estos jóvenes, apunta Díaz Barrero, las matemáticas son su afición: "Disfrutan con ellas, son su hobby, pero también hacen deporte, son músicos, juegan al ajedrez... Por lo normales que son pasan desapercibidos", afirma. Lo que les diferencia del resto, añade, "son sus habilidades y su capacidad de esfuerzo y sacrificio para afrontar los retos matemáticos". Y el hecho de que, además, disfrutan haciéndolo.

Ayer se celebró la primera sesión en el centro cultural Marcos Valcárcel y esta mañana, a partir de las 10.00 horas, tendrá lugar la segunda. Tras la reunión del tribunal calificador, el IES Otero Pedrayo acogerá por la tarde la entrega de premios: seis medallas de oro, doce de plata y 18 de bronce a los 36 primeros clasificados.

Entres los 78 participantes hay cuatro alumnos de 4º de ESO, y 21 de 1º de Bachillerato y 53 de 2º, de todas las comunidades autónomas. Galicia está representada por Júlia Misaki Anguera Zemba, de Culleredo; Pablo Manuel Piñeiro Insua, de Boiro, y Roi Vence Nogueira, de Santiago. Esta edición también es relevante al registrar, con 10 finalistas, la mayor participación femenina de su historia y superar por primera vez la barrera del 10%.

En paralelo, la Facultad de Ciencias acogió la fase provincial de la XXXVI Olimpiada Gallega de Química, en la que participaron 17 alumnos y alumnas de los IES Eduardo Blanco Amor y Ramón Otero Pedrayo. El certamen, organizado por la Asociación de Químicos de Galicia, en colaboración con el Colegio Oficial de Químicos de Galicia, planteó a los alumnos una prueba tipo test, dos problemas y un supuesto práctico de laboratorio.

La Tabla Periódica de los Elementos protagonizó la prueba, al hilo de la proclamación de 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica por cumplirse el 150 aniversario de la propuesta del científico Dimitri Mendeléiev.