La Escuela Superior de Ingeniería Informática del campus de Ourense ha expresado su optimismo ante la ampliación del límite de plazas en primer curso. El Consello de Goberno de la Universidad de Vigo autorizó el miércoles incrementar en 33 el número de nuevas matrículas (ocho de ellas para el doble grado con ADE), pasando de las 92 actuales a 125, pero la última palabra corresponde a la Xunta de Galicia ya que, señala el director del centro, Francisco Javier Rodríguez, la ampliación de alumnado no puede ser a coste cero: "Está condicionada a un aumento similar de recursos y, por lo tanto, requiere financiación; de otra manera no tiene sentido, ya que la idea es mantener la misma docencia de calidad que tenemos ahora", señala.

-¿Qué recursos necesitaría la escuela?

-25 nuevas plazas en el grado de Ingeniería Informática implicaría dos o tres profesores a tiempo completo los cuatro años. El corte de más coste es ahora porque supone crear otro grupo. El centro ha decidido hacerlo de manera progresiva, poco a poco, y según lo determine la demanda. Es un plan pensado y una necesidad.

-¿Hay demanda para el incremento de plazas?

-Las 92 plazas se cubren en julio, en las tres primeras llamadas. Hemos calculado que en toda Galicia, cada año se quedan 200 solicitudes fuera, sin atender. Nosotros en los últimos años hemos subido dos puntos la nota de corte, que ya supera el 8, y ahí se nota que hay demanda. Se habla de las vocaciones tecnológicas y en Informática hay más vocaciones que plazas. El mercado laboral y la sociedad también lo demandan. Yo veo que a nivel local, Informática está siendo un revulsivo en cuanto a puestos de trabajo, están viniendo muchas empresas y principalmente es para captación de nuestro alumnado como trabajadores. Hemos calculado que hay 600 puestos de trabajo de informática directa en Ourense. Puestos cubiertos. Hay una ola de empresas que vienen y abren aquí.

-Con 125 matrículas en primer curso se convertirían en el título con la mayor oferta del campus de Ourense.

-Nuestro objetivo es llegar a 200 en los próximos tres o cuatro años. Es un nivel que podríamos alcanzar. En el curso 2004-2005 éramos un centro con 225 plazas en la misma infraestructura que tenemos hoy. Pero el personal ya no lo tenemos porque se ha ido recortando. En aquellos años llegó a haber 50 matriculados. La demanda cayó principalmente por falta de vocaciones, era el 'boom' de la construcción y la gente no estudiaba porque se ganaba más trabajando que como ingeniero. Eso nunca se recuperó porque después vino la crisis económica, y se congelo todo.

-Los alumnos que reciben ahora son nativos digitales.

-Eso también nos perjudica porque la gente se queda con que la informática es lo que usa, pero llega mucho más allá. Se trata de crear esos programas, esos videojuegos, los sistemas de información? Yo creo que no hay nativos digitales, evidentemente es como aprender a nadar por inmersión, pero en informática importan más las vocaciones.

-¿Con qué expectativas llega el alumnado de primero?

-Hemos notado que hay perfiles de trabajo que no conocen y tenemos que transmitirlos. La medicina, por ejemplo, hay gente que no ha conseguido entrar en la carrera pero desde la informática puede trabajar en el futuro con médicos porque casi todas las herramientas que hay en quirófano tienen un componente de 'software' avanzado. Sistemas quirúrgicos como el Da Vinci tienen informática detrás. Por lo general son alumnos que solicitaron estudiar Informática como primera opción, con una gran implicación. No tenemos un abandono grande como puede haber en otras carreras a las que se entra por nota. Aquí se puede abandonar por la dureza del primer año, porque el cambio es muy fuerte desde Bachillerato.

-¿Qué porcentajes de inserción laboral del alumnado maneja el centro?

-Hay alumnos de 4º haciendo prácticas a los que la empresa ya les ofrece un contrato a tiempo completo para intentar captarlos lo antes posible. Tenemos problemas para que ese alumnado se centre en los estudios antes de terminar. El porcentaje de inserción laboral es casi del 100%. El que no entra directamente en el mercado es porque decide formarse más o emprender. Hay un informe de un portal de empleo europeo que dice que hay seis ofertas por cada empleo en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC.

-¿Qué papel juega la escuela de Informática en el desarrollo económico de Ourense y en el futuro centro tecnológico que acogerá la ciudad?

-Lo hemos hablado con el Concello y la Diputación. Crear empleo en una ciudad o una provincia como Ourense es difícil, pero ven que la informática lo genera. Es una oportunidad y si somos motor de esa economía, bienvenido sea. Se habla mucho de la industria 4.0 pero alguien tiene que programarla, se necesitan profesionales. Un centro de innovación que aúne diferentes empresas puede crear un polo tecnológico y necesita capital humano. Este es un sector de futuro, motor económico, y la Universidad tiene que estar ahí.