E. V. R., ourensano de 27 años acusado de usar su moto para trapichear "con mayor rapidez", fue juzgado ayer y afirmó -contestando solo a su letrado- que la droga que llevaba encima cuando le dio el alto la Policía, más la que le incautaron en su garaje -casi 100 gramos de cocaína con un valor de cerca de 2.900 euros-, era suya porque es un consumidor de diario. "Era para mí y para invitar a amigos cuando salía de fiesta". El fiscal sostiene que no hay pruebas de ese grado de adicción y que la cantidad supera con creces la que puede atribuirse a un toxicómano. Solicita 3 años y 10 días de prisión, tras rebajar en casi 6 meses su petición inicial.

La defensa busca la libre absolución. En caso de una condena, que se aplique una pena mínima teniendo en cuenta que el joven tiene arraigo familiar, una hija de 2 años y medio, trabajo, ningún antecedente y una discapacidad mental. La Policía lo pilló el 30 de enero de 2018 tras un chivatazo sobre un sospechoso que usaba una moto negra.