La sabiduría arquitectónica y astronómico de los constructores prerrománicos ha brillado este amanecer en todo su esplendor. A eso de las 7:35 de la mañana, con el romper del día, los rayos del sol se han colado por los vanos de la capilla de San Miguel Arcángel, situado en el monasterio de San Rosendo, en Celanova.

Como cada equinoccio de primavera o de otoño, la primera luz solar del día ha entrado por las pequeñas ventanas de herradura del templo del siglo X, el único altomedieval que se conserva en España sin ninguna reforma. El buen tiempo ha acompañado, así que un grupo de fotógrafos, profesionales y aficionados, han podido registrar el espectáculo.