Realizó dos desfiles, a las 12 y a las 17,30 horas, el primero de charangas solamente y el segundo de carrozas, comparsas y animación musical, con mesa y mantel por el medio, en unos cincuenta restaurantes y bares de la villa, de los que 25 realizaron la inscripción oficial. En todos ellos se ha podido degustar el menú denominado "Cachucha do Entroido", a base del alimento del que toma el nombre, como elemento central, complementado con lacón, chorizos, patatas, grelos y repollo. Todo esto apuntalado con dos complementos de gran solvencia, como son el vino tinto de la denominación de origen del Ribeiro y el Pan de Cea, de Cameixa y de O Carballiño. Los precios oscilaron entre 15 y 25 euros, dependiendo del establecimiento.

Dentro del apartado de la repostería, no podían faltar las cañas de O Carballiño ni los Melindres do Corral, con la alternativa de las filloas que ofrecieron algunos establecimientos.

Cuenta con una tradición de 25 años. Inicialmente, contaba con una comida oficial, que se hacía en una carpa -suprimida en el año 2012-, pero con el paso del tiempo le han tomado el relevo los restaurantes de la villa, con un renovado impulso, en cuanto a variedad y calidad, decisión que el actual alcalde, Francisco Fumega, califica como "acertada". El Concello ha aprobado la semana que acaba de concluir, solicitar que la Xunta declare la "Festa da Cachucha" evento de interés turístico gallego.

El desfile de la mañana contó con la participación de 19 agrupaciones en las rúas do Paseo y Curros Enríquez. Por la tarde se realizó el segundo desfile, en el que participaron 16 comparsas y foliones, sumando un total de 29 grupos.

La "Festa da Cachucha" es el segundo gran evento gastronómico de O Carballiño. Francisco Fumega reconoce que el pulpo "continúa siendo el rey" -se realiza la fiesta el segundo domingo de agosto-, porque "esta es la localidad que entiende mejor la preparación del cefalópodo", por encima incluso de la franja costera, por la gran tradición histórica que acumula, desde la llegada de este producto hace siglos desde Marín al monasterio de Oseira. Y hace 25 años ha tenido el acierto de tomarle el relevo con la "Festa da Cachucha". La razón, según el alcalde, es que "los de Carballiño somos de feria; somos de negocio. Se trata de una sociedad muy dinámica, no es mérito de los políticos, sino del pueblo, que ha acertado en el pulpo y ahora vuelve acertar con la cachucha".