La respuesta que recibieron los grupos de la oposición del gobierno popular sobre la nueva ordenanza de veladores fue escueta y significativa: "está pendiente". Por lo que se consumirá un mandato sin que se regule la instalación de colocación de terrazas, que se convirtió en una cuestión polémica, así como otros aspectos relativos a los horarios en determinadas zonas de la ciudad, algunas calificadas como "saturadas de ruidos y terrazas".

La ordenanza de veladoras fue una asuntos que quedó pendiente del anterior mandato y que sigue sin resolverse cuando está a punto e finalizar el presente, por lo que pasaron ocho años sin que se sacase un nuevo documento que permita dar respuesta a la situación actual. Queda pendiente conocer si el gobierno presentará el proyecto.