El casco histórico de Ourense fue delimitado como tal en 1972. Esa delimitación está protegida. Coge el ámbito de la catedral y todo el casco antiguo. En 1986, cuando se redactó el primer plan general de Ourense, "amparó la zona recogida en el documento inicial de 1072, a la que se sumó otro espacio a mayores, que llega al Xardín do Posío". Por lo tanto, la declaración del casco histórico oficial no era completa: abarca menor superficie de la que tiene en la actualidad. En 1997 se redactó el Plan Especial de Reforma Interior de la Ciudad de Ourense.

La función de estos planes "no era sólo ordenar los cascos históricos, sino conservarlos y protegerlos. Lo hicieron con la intención de poner la ciudad vieja en valor. Era necesario que nosotros tuviéramos conciencia de nuestro patrimonio, para no destrozarlo. En ese sentido, hay un ejemplo muy claro. La ciudad de Vigo tiene un casco histórico muy pequeñito. La mayor parte de ese casco histórico desapareció. No se supo conservar ni proteger. Las ciudades de Ourense y de Santiago tuvieron mucha suerte, porque contaban con un casco histórico que no estaba tan deteriorado". Por lo tanto, procedieron a ordenar, mediante una figura de planeamiento, su protección y conservación. Eso es lo que ha regido esa zona de la ciudad durante veinte años. Ahora hay que actualizar ese documento, porque las necesidades de la población en este momento son otras, como el acceso a las nuevas tecnologías, la creación de aparcamientos y garajes en el entorno, bajo las plazas y algunas calles. De todas formas, advierte de que "los usuarios no pueden pensar en dejar el coche junto a su casa, por falta de posibilidades. El casco histórico de Ourense sólo tiene 700 metros de largo (eje norte-sur), por 150 metros de ancho, que puede andar cualquier persona mayor o un niño. Se puede planificar que la gente pueda tener aparcamientos a 150 metros, en las zonas con mayores dificultades. Eso sería lo ideal", explica José Antonio Padrón Conde.