La catedral de Ourense acogió ayer la fiesta de la presentación del Señor en el templo, convertida en la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada: "Un día para valorar y agradecer la labor que desarrollan en el ámbito educativo, caritativo-social, pastoral y evangelizador en general los religiosos y consagrados, así como su oración, su vida y su testimonio".

En la Diócesis de Ourense son un total de 450 hombres y mujeres, repartidos en 35 comunidades religiosas e institutos seculares; de ellas, cinco comunidades son monasterios de clausura, que cuentan con 55 religiosos y religiosas de vida contemplativa. Monseñor Lemos Montanet presidió la celebración eucarística, a las 18.00 horas en la catedral, en la que participaron de forma especial los religiosos y consagrados de la Diócesis. Por otra parte, la diócesis también realizó las asambleas sinodales arciprestales.