La historia cobró sentido en uno de esos momentos de incertidumbre y desasosiego que abundan en los hospitales. Durante un ingreso en el verano de 2016, Manuel de Lorenzo (Ourense, 1981) vio la película de su libro proyectada en el techo de la habitación. En lugar de entregarse a la apatía de la enfermedad, el autor fue ideando el guion mentalmente de su primera novela. 'Todo lo demás era silencio', una obra de 200 páginas editada por SUMA -de la multinacional Penguin Random House-, llega el 25 de abril a las librerías. Ya está disponible en preventa en Amazon.

"Venía dándole vueltas desde mayo a un posible argumento pero era una cosa muy genérica, no había escenario, no había personajes. La historia nace en el hospital, donde estuve ingresado nueve o diez días en agosto de 2016. Allí se me ocurrió el punto de partida, allí la novela encontró su escenario".

Escribió el primer párrafo en noviembre de ese año. A través de flashbacks y algunos recursos narrativos que desestructuran la historia, se cuenta cuál es la realidad de la pareja protagonista, Lucía y Julián. "Una que, como tantas otras, saben aprovechar los pequeños momentos de felicidad que les proporciona el día a día. Pero llega un momento en que su realidad da un vuelco de repente, y se encuentran con el dolor y con el abismo. Deciden iniciar un viaje geográfico pero también emocional, conjunto e individual, en el que se reencuentran con los orígenes y entienden cuál es el valor de los recuerdos. Ese viaje es un poco la novela. En términos abstractos se trata de una historia sobre la pérdida, el miedo y algo tan incontrolable como el azar. Quizá lo más importante del libro es hasta qué punto el azar está en nuestras manos o no", explica el autor.

Manuel de Lorenzo es articulista en Jot Down, El Progreso, Diario de Pontevedra, Táboa Redonda y tiene una sección en la Radio Galega sobre curiosidades y hechos menos conocidos de la historia . "En la columna importa mucho la idea pero casi al mismo nivel está la forma. Sin embargo, en la novela tiene un poco más de importancia el fondo. El objetivo de la literatura es crear y contar una historia de la mejor manera posible".

En 'El arte de la ficción', James Salter destacó que "ser escritor es estar condenado a corregir. Has de dedicarle tiempo a escribir, has de escribir en lugar de vivir". Manuel invirtió dos años y medio, entre el desarrollo esquemático de la idea, los personajes y la trama, más la escritura de los capítulos -treinta finalmente-, la corrección de la estructura y las revisiones. "No podría decir que esa fase no forma parte de la propia escritura". En abril llega al mundo la obra que creó en su universo íntimo. "Da mucho vértigo pensar a cuánta gente va a llegar algo que has escrito en la soledad de tu escritorio. Asusta pero por otra parte es francamente motivador".

El autor ourensano comparte que "terminar la novela fue absolutamente liberador. Durante los dos años y medio estuve pensando constantemente en Julián y Lucía, solo pensaba en ellos. Cualquier cosa que sucedía en mi vida cotidiana me recordaba a un momento de ellos, como si existiesen. Llegué a tenerlos tan presentes como a personas reales, como si fueran mis amigos o mis parientes. Me levantaba y me acostaba pensando en ellos, en su historia y en cómo evolucionaban. Es adictivo y ya estoy pensando en la siguiente historia. Supongo que al final se trata de eso".