El impulso que el proyecto de especialización universitaria ha dado al campus de Ourense en el ámbito de la investigación ha recibido un nuevo empujón tras conseguir la Facultad de Ciencias ayudas por importe de dos millones de euros para infraestructuras de I+D que serán empleadas en proyectos del ámbito agroalimentario y ambiental. La última convocatoria del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en la que la Universidad de Vigo en su conjunto consiguió 7 millones de euros, ha supuesto un "éxito sin precedentes" para el centro ourensano, al ser admitidas cinco de las seis peticiones cursadas, lo que implica lograr el 90% de la inversión solicitada.

Así lo expresa el decano de Ciencias, Gil Garrote, que señala que las ayudas captadas se destinarán a infraestructuras científicas y tecnológicas "de última generación" que permitirán a los grupos de investigación implicados introducir "grandes mejoras" en sus proyectos, ya que se trata en todos los casos de "equipamiento novedoso que no existía con anterioridad".

A la convocatoria, explica el decano, concurrieron investigadores que desarrollarán su actividad en el nuevo edificio del Campus del Agua y equipos agrupados en el nuevo Clúster de Investigación y Transferencia Agroalimentaria del Campus Agua (CITACA), cuya puesta en marcha acaba de recibir 424.000 euros de la Xunta.

Cada una de las peticiones individuales admitidas en la convocatoria está liderada por un profesor, pero apoyada por muchos más, explica Garrote, de forma que este nuevo impulso implica a cerca de 50 investigadores, entre ellos el catedrático Jesús Simal, del departamento de Química Analítica y Alimentaria recién incorporado a la prestigiosa lista Highly Cited Researchers (HCR), que selecciona a los investigadores más influyentes de su ámbito en todo el mundo. Al frente de los proyectos presentados a la convocatoria están también Juan Carlos Nóvoa, Sidonia Martínez, José Eugenio López, Raquel Rial y Elena Martínez, entre otros.

Las gestiones, explica el decano Gil Garrote, "comenzaron con el anterior equipo de gobierno, gracias a la labor del vicerrector Virxilio Rodríguez y se concretaron y culminaron con éxito con el actual rector, Manuel Reigosa".

Con esta inyección económica, la Facultad de Ciencias pondrá en marcha una planta piloto de industrias agroalimentarias en la que se desarrollarán varias líneas de investigación "íntimamente vinculadas al tejido agroalimentario gallego y ourensano", explica el decano, relacionadas con productos lácteos, pesqueros, vegetales, conservas, productos de panificación y pastelería, y bebidas alcohólicas (vino y cerveza).

Esta planta, describe Gil Garrote, "permitirá la elaboración y control de alimentos en condiciones similares a las utilizadas en las industrias agroalimentarias, para estudiar y optimizar los procesos, y evaluar la influencia de distintas variables en la calidad de los productos elaborados". Además del impacto en las investigaciones, este equipamiento también se podrá utilizar a nivel docente, con destino específico para los alumnos de los grados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos e Ingeniería Agraria que cursen la mención en Industrias Agroalimentarias. Esto, sostiene el decano, "redundará en una formación de mayor calidad y más próxima a lo que los estudiantes vivirán en su experiencia profesional".

Las nuevas infraestructuras incluyen también un laboratorio de análisis de mercurio y de especies organo-mercuriales con varios equipos analíticos de último nivel que permitirán mejorar las investigaciones relacionadas con este contaminante global. Consta de dos equipos complementarios. Uno que permitirá establecer alertas sobre la acumulación de este metal a niveles superiores de los valores de fondo naturales, y otro que permitirá cuantificar el grado e intensidad de las especies más tóxicas y proponer las medidas correctoras para reducir esa toxicidad.

La convocatoria también financiará la creación de un laboratorio de investigación agroalimentario y ambiental dotado con tecnología de plataformas de espectrometría de masas. Un equipo "de última generación, único para la región y uno de los más importantes del país", explica Garrote, y con el que "se podrán detectar y cuantificar compuestos químicos de muy diversa naturaleza presentes en diferentes materias primas y alimentos, como contaminantes, etc...".

La inversión se completa con un equipo de tomografía computerizada con rayos X que reforzaría las líneas de investigación sobre el agua en un plano transversal, y un laboratorio de valorización de residuos. Esta última infraestructura, describe el decano, "se compone de un reactor de explosión de vapor que permite la realización de tratamientos en condiciones más favorables que otras tecnologías, consiguiendo una valorización más adecuada de los residuos". Su función, añade, "encaja perfectamente en el clúster de medioambiente y alimentación del Campus Agua".