Padece un trastorno de control de impulsos provocado por el juego patológico "que limita de un modo relevante su capacidad intelectiva y volitiva". David F. M. es un ourensano de 32 años que la tarde del 29 de agosto de 2015 provocó un incendio en Cudeiro, en la periferia norte de la ciudad de Ourense, con un artefacto consistente en una colilla de un cigarro con cerillas atadas con cinta. Fue detenido por la Policía Nacional en febrero de 2017 gracias al ADN que apareció en el cigarrillo y una cámara de vigilancia instalada en la zona. Las llamas arrasaron 45,7 hectáreas y pusieron en peligro a los vecinos, varios de los cuales tuvieron que ser desalojados de sus casas como medida de cautela. El autor se conformó ayer con una condena de 3 años de prisión, para la que la defensa solicitará la suspensión. La pena se ve rebajada desde los 5 años y medio que solicitaba la Fiscalía inicialmente, porque el Ministerio Público contempla una eximente incompleta por el trastorno que padece el acusado. La sentencia de conformidad incluye la medida de libertad vigilada durante 3 años, con la obligación de someterse a tratamiento psicológico y psiquiátrico de la patología que padece durante ese mismo periodo.

El pirómano, que carecía de antecedentes penales hasta la fecha y pasó 19 días e n prisión preventiva en febrero de 2017 hasta su salida bajo fianza de 2.500 euros, está obligado a pagar una multa de un total de 720 euros -inicialmente se enfrentaba a una cantidad de 4.320 euros-. L. Asimismo, el incendiario tendrá que abonar a la Xunta de Galicia el importe de los gastos de extinción, que ascendieron a 74.890,8 euros.

Sobre las 16.10 horas del 29 de agosto de 2015, David F. M. lanzó el artefacto incendiario desde un vehículo de su propiedad en la curva de la OU-150, que une las localidades de Cudeiro y Valdorregueiro, a la altura del kilómetro 1,5. Las condiciones meteorológicas eran favorables para que el fuego se propagase: la temperatura media era de 33,4 grados, había una humedad relativa del 27,8% y se registraron rachas de viento de 13,6 kilómetros por hora. El índice de riesgo de ese día era extremo.

El operativo de extinción se vio obligado a decretar el nivel 2 de alerta. El incendio supuso un grave peligro para la integridad física de las personas, dada la proximidad del fuego a varias viviendas. Algunas casas tuvieron que ser desalojadas al quedar rodeadas por el fuego intencionado.

Avivado por unas circunstancias climáticas favorables a la propagación, las llamas terminaron arrasando una superficie de 45,7 hectáreas, de las que un total de 20 son de superficie arbolada. Las llamas afectaron a múltiples fincas de particulares, que renunciaron al ejercicio de acciones judiciales.

El acusado admitió ayer en la Audiencia Provincial la autoría de un delito de incendio forestal. Fue arrestado el 3 de febrero de 2017 e ingresó en prisión preventiva ese mismo día por orden del magistrado de Instrucción 1 de Ourense, Leonardo Álvarez. Fue excarcelado el día 22 de ese mes, tras la prestación de 2.500 euros de fianza.