| La ciudad de Ourense no le teme al frío. Tanto las termas situadas en la margen derecha del río Miño como las piscinas del casco histórico (en la imagen) reciben bañistas todos los días. Da igual que el termómetro marque 40º en verano o temperaturas bajo cero como estos días. La capital amaneció ayer con una mínima de -3,4º, pero este registro no solo no ahuyentó a los usuarios de la piscina termal sino que les animó todavía más. La sensación de relax cuando fuera hace tanto frío que la gente camina aterida es, si cabe, aun mayor.