Otro de los termómetros del estado de salud del pequeño comercio local, en este caso el de venta de productos frescos, como alternativa a los hipermercados, es la plaza de abastos de As Burgas, ahora en un emplazamiento provisional en la Alameda a la espera de la rehabilitación del edificio civil. "Los resultados esta Navidad han sido espectaculares, tuvimos una enorme respuesta del público, y la plaza es ahora un lugar vivo, pero nos duelen comentarios, incluso de políticos diciendo que nos estamos lucrando, porque es falso", afirma el presidente de la Asociación de Empresarios de la plaza, Emilio Pedro González.

Puntualiza que "mejoramos ventas pero nos quedamos en números rojos, pues el traslado a este edificio provisional ha supuesto de 20.000 a 70.000 euros en adaptación de nuevos puestos a cada comerciante y seguimos subsanando muchos defectos técnicos del edificio, con fondos de la propia asociación". En cuanto al comercio local apuesta campañas de dinamización originales, que atraigan a visitantes, como lo conseguido en Vigo.