Ourense ha pasado de ser la provincia con menos fallecidos en carretera en 2017 a duplicar la cifra de víctimas mortales a cierre de 2018. Los datos que maneja la jefatura provincial de Tráfico presentan un año negro en términos de siniestralidad vial al dispararse la mortalidad en las carreteras y pasar de nueve a 18 víctimas en sólo doce meses.

Desde las oficinas de la Dirección General de Tráfico en Ourense reconocen que ha sido un año malo para la provincia, con unas cifras que causan impacto al registrarse un incremento tan importante sobre un dato que había situado a Ourense como la provincia con menos muertos. El objetivo para 2019 es retroceder e incluso marcar un nuevo récord en siniestralidad.

De los 18 fallecidos registrados en 2018, 15 corresponden a accidentes ocurridos en carreteras interurbanas, en las que tiene competencia la DGT, y tres a siniestros en viales urbanos en los que interviene la Policía Local. Este año, además de incrementarse la intensidad del tráfico, también se han disparado los accidentes de moto, con cuatro víctimas mortales.

A los 18 muertos el pasado año se suman 101 heridos graves (seis más que en 2017) y 461 leves (47 menos).

En la evolución de la siniestralidad vial con víctimas mortales, Ourense suma siete años sucesivos por debajo del umbral de los veinte fallecidos. Si bien la provincia llegó a registrar 62 muertos en un sólo año (2002), la siniestralidad se ha reducido considerablemente. Desde que en 2012 la estadística bajó de 27 a 17 fallecidos no se ha vuelto a rebasar la veintena de muertes. Sólo en 2015 y 2017 se contaron las víctimas con los dedos de las manos, nueve en ambos casos, por lo que el objetivo de la Jefatura Provincial de Tráfico es revertir nuevamente la tendencia.

En cuanto a los heridos graves, desde el año 2000 se han reducido drásticamente las cifras pasando de los 823 a 461, lo que supone una caída de casi el 45%.