Un retraso de 3 o más horas sobre la hora prevista de llegada al aeropuerto de destino. El extravío de una maleta que terminó en Málaga en lugar de en París. O perjuicios más graves, como demoras que impiden llegar a la Nochebuena o al acto de graduación universitaria de un hijo. Entre un 20 y un 25% han aumentado en Ourense las reclamaciones judiciales contra compañías aéreas, según el juzgado de Primera Instancia 4 y Mercantil, el único de la provincia que asume este tipo de asuntos. Solo cuatro de las principales aerolíneas recibieron 78 reclamaciones de viajeros ourensanos afectados. Con datos hasta el 21 de diciembre se han registrado 50 contra Ryanair, 13 Iberia, 8 Vueling, 7 American Airlines, 4 Air Europa, 2 Tap Portugal y 1 Plus Ultra. "Las reclamaciones por cancelaciones, retrasos aéreos o pérdidas de maletas aumentan porque el ciudadano ahora sabe que puede reclamar y que hay unas compensaciones automáticas", dice la magistrada Eva Martínez Gallego.

Las demoras aseguran indemnizaciones siempre que la tardanza sea igual o superior a 3 horas. "Si no supera ese tiempo no ha lugar a indemnización aunque haya supuesto un perjuicio o trastorno". Con un retraso de esta duración y una distancia de viaje de menos de 1.500 kilómetros entre el punto de origen y el de llegada -lo que suele limitarse a vuelos nacionales-, la indemnización es de 250 euros. Cuando el trayecto se sitúa entre los 1.500 y 3.500 kilómetros, la compensación aumenta a 400 euros. El viajero tiene derecho a recibir 600 por demoras en la llegada de más de 3 horas en viajes de origen a destino superiores a 3.500 kilómetros.

Estas indemnizaciones son automáticas, aplicando el artículo 7 del reglamento europeo de derecho de transporte aéreo. La mayoría de las demandas, procedimientos verbales con una tramitación media de 2 meses, no llegan a juicio porque las compañías "aunque no conteste o resuelva que no ha lugar en la reclamación extrajudicial, tras la demanda en muchas ocasiones se allanan y consignan el dinero. Solo suele haber oposición de la compañía cuando se han producido circunstancias extraordinarias, como una huelga sorpresiva o un derrame de aceite en la pista que comprometería la seguridad de los viajeros", apunta la jueza de Ourense. Son pleitos en los que no cabe apelación cuando la cuantía baja de 3.000 euros, lo más frecuente.

El afectado puede reclamar sin necesidad de procurador y abogado. En la red es sencillo encontrar un modelo de demanda. Aunque no es necesaria la representación legal, el ciudadano debe cumplir unos requisitos. El DNI, la tarjeta de embarque, la queja formulada en el aeropuerto de llegada así como fotografías de móvil de la pantalla que anuncia cancelación o retrasos sirven de prueba para el pleito. "Si además se aporta una reclamación extrajudicial, todavía mejor, porque se garantizan las costas en el caso de que las hubiera", añade Gallego.

Además de la compensación automática por el retraso, puede haber derecho a reclamar daños moral. En el juzgado de Ourense se han registrado varios casos de este tipo en los últimos años: se viaja con niños pequeños y la familia se queda tirada en el aeropuerto; se pierden uno o varios días de vacaciones o luna de miel porque el retraso impide llegar al vuelo de enlace; no llegar a tiempo por Navidad o perderse la graduación de un hijo. No existe una tabla o un baremo para cifrar la compensación, que corre a cargo del juzgado según los criterios objetivos que pueda justificar el consumidor.

El extravío de maletas también se salda de manera automática con una indemnización de unos 50 euros por cada día tarde que llegue el equipaje. Asimismo, hay margen para recibir una compensación adicional si se acredita "dentro de unos parámetros de normalidad", explica la jueza. "Si la persona ha tenido que comprar ropa para los primeros días tras el extravío de la maleta por parte de la compañía, puede aportar facturas de las prendas para que se le abone. Se atiende a las circunstancias de cada uno, pero claro, un jersey de 800 euros pues no".

Porque, como en otros ámbitos, también aquí hay espacio para la picaresca de quien reclama "Hay gente que dice que llegó después de 3 horas pero se certifica que fueron 2 y media o 2.45 horas, y el resto alega que fue tiempo de espera dentro del avión, pero el plazo es hasta el aterrizaje. O reclamaciones por maletas que dicen que están rotas pero no consta quejas en el aeropuerto o cuánto costó la reparación. Si no acreditan el daño yo no lo sé", ilustra la magistrada.

Igual que con los vuelos, el Mercantil también asume todas las reclamaciones de la provincia contra Renfe por los retrasos de los trenes, un perjuicio que los afectados también deben acreditar.