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Un belén viviente con un Niño Jesús de cerámica

Queixumes dos Pinos considera que "sería cruel" pedir un bebé para la representación, ante la falta de nacimientos en la zona

La Virgen María, con un Niño Jesús de cerámica en brazos. // Iñaki Osorio

Pero no se consuela quien no quiere. El director de Queixumes dos Pinos, José Antonio Viñas Mira, considera que "sería cruel" mantener a un bebé en el escenario durante la media hora que ha durado la representación, lejos de su madre, dado que "no se ha registrado ningún nacimiento" entre las treinta personas que han intervenido en el acto.

Viñas explica que el Niño Jesús, adorado por los componentes de la agrupación folclórica y vecinos que participaron en la representación, pertenece a un belén antiguo, donado hace años por una familia al museo etnográfico que mantienen en el local de la entidad, que cuenta con 1.200 metros cuadrados de superficie en dos plantas. "Los decorados sí que fueron construidos por miembros de la agrupación", indica.

La obra se inicia con la representación de la visita que le hace María a su prima Isabel, cuando el ángel le comunica que está embarazada. Luego le dice que también está embarazada ella. María se lo comunica a José, que "muestra cierto rechazo, pero posteriormente asume esa responsabilidad".

María y José viajan a Belén, cuando está a punto de producirse el nacimiento. Los rechazan en dos posadas. En la tercera, le ceden un pequeño pesebre que tenían al lado. Una estrella guía a los Reyes Magos. Un ángel avisa a los pastores de que está a punto de producirse el nacimiento de Jesús. Los Reyes Magos visitan a Herodes, que se muestra muy sorprendido cuando le dicen que van a visitar al rey, y surgen los recelos, debido a que él se consideraba la primera autoridad. Les pide que lo informen a la vuelta, para contribuir con sus regalos. Pero en una nueva aparición, el ángel les pide que no vuelvan, porque "Herodes quiere matar al Niño".

La representación finalizó con el proceso de adoración al Niño Jesús, mientras se escuchaban villancicos. Queixumes dos Pinos realiza el belén viviente desde hace cinco años, con la única excepción en 2017. El año pasado no pudo hacerlo, por encontrarse en el proceso de cambio de local.

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