J.F.B., vecino de Celanova y conocido por sus antecedentes delictivos ha sido condenado por robo con fuerza en las cosas en casa habitada a una pena de dos años de prisión. La sentencia descarta por completo la coartada presentada por el acusado en el juicio, en el que trató de justificar que su presencia cerca de la urbanización de Celanova se debía al encuentro con una prostituta.

El robo se produjo durante la madrugada del 13 al 14 de octubre de 2017, cuando la propietaria estaba ausente. La investigación le señaló porque tuvo la mala suerte de que la furgoneta se embarrase en el camino intransitable que utilizó para acercarse al chalet por la parte trasera.

Una vecina vio el vehículo derrapando y esta fue la pista de la que tiraron los investigadores para dar con el acusado. En el juicio no negó su presencia allí, pero alegó que estaba con una prostituta. El juez no cree en absoluto esta versión y expone en la sentencia que no le convence que, teniendo casa propia, "necesite recurrir a caminos totalmente intransitables para disfrutar de un poco de intimidad". Tampoco cuela que el acusado dijese que su exmujer suele aparecer por la casa: "Siendo ya su exmujer no entendemos qué problema podría haber en que el acusado estuviese con quien le apetezca". Y cerrando con llave evitaría ese problema, expone.

El juez va más allá a la hora de desmontar la "coartada" del acusado y se pregunta si, aún aceptando que no pudiera ira a su casa para evitar ser sorprendido por su exmujer, no se le podían haber ocurrido "miles de sitios en Celanova" en los que encontrar la citada intimidad, "sin necesidad de meterse en un sitio prácticamente intransitable".

También le resulta sospechoso que, siendo esencial para su defensa, se negase a identificar a la persona que supuestamente le acompañaba "para prestarle ese servicio sexual". A mayores de otras pruebas, concluye el juez que su presencia allí "sólo puede explicarse porque estaba implicado en los hechos".