El exjefe del grupo de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Ourense explicó ayer ante el tribunal de la Audiencia los detalles de la investigación que dirigió en 2015 y que desmanteló una supuesta red de tráfico de drogas que operaba en la ciudad y que se valía del trabajo de uno de ellos en un pub para distribuir a terceros.

Las siete personas supuestamente involucradas se sientan desde el lunes en el banquillo de la Audiencia por delitos contra la salud pública y se enfrentan a peticiones de entre cuatro y seis años y cuatro meses de prisión que en total suman 32 años y ocho meses. Sólo uno de ellos admitió su relación con los hechos, pero el resto (uno rehusó declarar) negaron su participación aunque algunos se declararon consumidores de cocaína.

El inspector ratificó, como recoge el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación, que las anotaciones incautadas a uno de los acusados cuando fue detenido por una patrulla de Seguridad Ciudadana en abril de 2015, sirvieron de arranque para identificar a los miembros de la red y establecer sus diferentes cometidos. De las 70 notas que el acusado A.M.F. llevaba encima cuando fue detenido, además de 16 papelinas y siete bolsitas de plástico con 6,8 gramos de cocaína, 2.195 euros, tres teléfonos, un disco duro extraíble y tres 'pen drive', el grupo de Estupefacientes se centró en 37 y descartó el resto. Señaló el inspector jefe que los nombres que aparecían en esos papeles eran los que interesaban para el oficio ya que "investigamos a los vendedores no a los consumidores". Las notas, que se correspondían con entregas de dinero y gramos, incluían cantidades "importantes" y los agentes centraron la operación en tres de ellos, el propio A.M.F. que trabajaba como encargado del pub, J.B.M. y D.A.F.M..

Los pinchazos telefónicos que el juez fue autorizando a medida que avanzaba la investigación, así como la vigilancia y seguimientos realizados por los agentes del grupo sobre los sospechosos, indicó el inspector, hicieron posible establecer la conexión entre las siete personas que ahora se sientan en le banquillo de los acusados.

De hecho, de las escuchas sobre los primeros implicados, los agentes pudieron establecer que otro de los acusados actuaba como "proveedor", otro como intermediario y otros dos ejercían como distribuidores.

También explicó el entonces jefe del grupo de Estupefacientes que los acusados utilizaban un lenguaje en clave para referirse a la droga recurriendo en ocasiones a la terminología propia de sus empleos. Así, hablaban de piezas, coches o pescado para, supuestamente, no dejar evidencia del verdadero contenido de sus conversaciones.

Una de las agentes que participó en la investigación declaró que vigilando a A.N.N. pudo ver que entregaba dinero a otro de los acusados y escuchó cómo hablaban entre ellos de la calidad y el precio de la droga.

La vista oral continúa hoy en la Audiencia.