El alcalde de Carballeda de Avia, Luis Milia, apuesta por la salud de sus vecinos por lo que no solo ha invertido en la depuración de aguas residuales y de consumo grandes cantidades de dinero, sino que ahora está en contacto con las comunidades vecinales para medir los valores del radón en el agua. Y es que apunta que en este municipio están por encima de los índices normales. En su despacho en la casa consistorial es donde se registran los valores más altos. Destaca que lo que se invierte en el control de las aguas residuales y potables "no se ve, no da votos", pero que le dedica dinero y esfuerzo porque se eliminan muchas enfermedades.

Carballeda de Avia gasta mucho dinero en el tratamientos de las aguas del municipio, y según Milia "nosotros en depuración de las residuales llevamos gastado más de 1.5 millones de euros", ya que explica que en el rural se acostumbra hacerlo a través de fosas sépticas pero "eso no funciona" porque los arrastres de tierra tapan los filtros y se convierten en pozos negros. Asimismo, destaca que en concellos como Leiro y Beade en su día la Diputación colocó depuradoras de barcos que "no funcionan y están apagadas".

Recuerda que en la capitalidad de Carballeda hace años se construyó una depuradora biológica de última generación, que tuvo un coste de unos 800.000 euros aproximadamente, y da servicio a dos pueblos más, teniendo capacidad para más de 3.000 vecinos. Fue en la época del gobierno de Manuel Fraga cuando dice consiguió ayuda económica y con colectores derivó a esa depuradora las aguas de varios pueblos y "hoy el 80 por ciento de los vecinos vierten en la depuradora de Carballeda".

Y ahora está en contacto con la Confederación Hidrográfica Miño Sil para una nueva depuradora, en Villar de Condes, y "se podrá decir que el 90 por ciento de la depuración estará garantizada".

Apunta que tanto la Xunta como la Confederación hacen controles de las aguas cada tres meses y "nos felicitan por lo bien que funciona" la depuradora.

Pero la batalla por la calidad del agua en este Concello no se queda ahí, y ahora también quiere cumplir con las exigencias de Sanidad por lo que se realizarán mediciones de la presencia de radón en las aguas, y señala "son analíticas muy costosas".

Apunta Milia que en el caso de este municipio los valores de radón superan los valores normales, y sobre todo "en mi despacho se registra el más alto", por lo que "abrimos las ventanas para ventilar". Y es que este territorio es una zona granítica por lo que ya está en contacto con las comunidades de vecinos para medir esos valores también el agua.

En las aguas hay metales pesados que provocan enfermedades, y de hecho destaca que en el pueblo de Costeira "nos daban valores de aluminio y no se puede cocinar, solo se usa para regar".

Milia apuesta por el control de las aguas, y destaca que recientemente la Diputación confirmaba la existencia de 1.600 traídas sin control en la provincia, de las que ni la Confederación Hidrográfica tiene conocimiento ni los propios concellos, así como que el 65 por ciento de las aguas residuales también están sin control.

Pero lamenta el regidor que trabajar en este campo no se ve y no da votos pero es muy necesario e importante para la salud de los vecinos.